¿La dedicación por la música te viene desde pequeña?

Más o menos. En mi casa hemos escuchado mucha música y con tres o cuatro añitos ya me flipaba escuchar discos. Después, con ocho, hice un año de clases de guitarra muy espontáneo. Quedó bastante allí. A veces de adolescente tocaba versiones, pero no tenía la necesidad de hacer canciones. Me gustaba bastante escribir, pero no fue hasta que vine a Barcelona con 17 o 18 que salió esta vena, supongo que por estar fuera de mi casa y a solas. La pasión venía de pequeña, pero no había salido antes.

Te he definido como cantante, guitarrista y compositora, pero muchas veces también se te ha etiquetado como cantautora. ¿Te identificas con este término?

Creo que tiene una connotación un poco antigua, pero realmente tampoco debería ser así. Muchos músicos actuales estamos rechazando esta etiqueta porque no parece moderna, fresh, aunque tampoco tiene ninguna connotación negativa. Sí que es verdad que tampoco estoy del todo cómoda. Se relaciona con una canción reivindicativa, con Lluís Llach, pero esto ya no lo hacemos tanto, o si se hace, es diferente. No me llamo a mí misma cantautora, pero entiendo que se me etiquete con esta palabra. También creo que hay un tema hombre-mujer. Un hombre que empieza a solas a cantar con su guitarra recibe el nombre de cantante, compositor o guitarrista y no de cantautor. Me parece curioso.

¿Era la música de antes más reivindicativa que la de ahora?

Reivindicativa lo es casi siempre. En mi caso no hago música política, pero sí que reivindico mi ideología. Siempre estás añadiendo tu granito de arena de alguna manera.

¿Cómo has evolucionado desde tu primer LP, ‘Fins a maig no revisc’, hasta ahora?

He cambiado mucho, sobre todo porque cuando hice el primer disco no había grabado nunca nada, era muy inexperta y no sabía ni la mitad de cosas que sé ahora. Iba vomitando todo lo que me venía, iba haciendo y ya está. Si me gustaba, no pensaba en que tenía que hacer un puente porque después venía el estribillo. Esto también es guapo porque es una cosa que no podré volver a hacer.

Hemos perdido la vergüenza, en Mallorca siempre nos infravaloramos un poco

Si ahora te centras más en la forma que en el contenido, ¿crees que te limita a la hora de experimentar?

Tengo más recursos que antes para jugar y hacer lo que me dé la gana. Creo que mi primer disco es muy tierno por esta inocencia de hacer literalmente lo que quiera y no pensar en nada.

Pau Vallvé produjo tu primer disco. ¿Cómo fue trabajar juntos?

Fue bastante gordo porque yo lo escuchaba muchísimo desde hacía tiempo y lo tenía idealizado. Después ves que es una persona como todas las otras. El primer disco fue muy íntimo y fácil. Fuimos a su estudio unas semanas, definimos el estilo de cada canción y, a partir de aquí, él metió su mano a nivel de producción.

Del mismo modo que tú idealizabas a Pau Vallvé, ¿crees que a ti te idealizan ahora?

No lo sé. Supongo que mucha gente no y seguramente alguien sí. Es un poco incómodo porque me siento supernormal.

¿Y pensar que hay personas que te escuchan, que tienes un buen número de seguidores?

Esto también me cuesta de creer. Es muy guay pensarlo, pero creo que es importante tener los pies en el suelo, porque si a este nivel ya me estoy subiendo por las nubes, no vamos bien.

Ahora vives en Barcelona, pero eres de Mallorca. ¿Cómo ha influenciado tus letras?

Ha sido importante. Ser de Mallorca, tener la cultura, el paisaje y la música mallorquina. Tienes unos elementos cerca y es inevitable no tener influencias.

¿Cómo valoras el panorama musical en catalán en las islas?

Está creciendo, pero siempre ha sido muy potente. Hace años que hay grupos en Mallorca que lo petan mucho, pero que ha costado que lleguen hasta Catalunya. Hemos perdido la vergüenza, en Mallorca siempre nos infravaloramos un poco.

Hay más grupos que van directos al ‘mainstream’, ven lo que funciona y van hacia allí

¿Por qué esta vergüenza?

No lo sé. No teníamos tantos referentes mallorquines. Cuando empecé a tocar la guitarra con 17 años, una chica a solas, había muy pocas mujeres que hicieran esto. Tenía referentes de Catalunya. En Mallorca había gente, pero tan joven era difícil. Ahora hay muchísimas chicas.

Has formado parte de esta nueva generación de artistas de las islas y de Catalunya que canta en catalán. ¿Cómo valoras esta hornada? ¿Tienes ganas de colaborar con gente de aquí?

Yo escucho mucha música en catalán y creo que es un muy buen momento. Es diferente, se está popularizando porque hay mucha más música comercial que antes. Hay más grupos que van directos al mainstream, ven lo que funciona y van hacia allí.

¿Cantar en catalán ha sido una decisión consciente o nunca te lo has llegado a plantear?

Cuando empecé ni me lo planteé porque era mi lengua materna. Siempre he vivido así y era impensable expresarme en otra lengua. Después lo he pensado y tampoco me gustaría cantar en otro idioma porque estoy muy cómoda expresándome en una lengua que me representa.

¿Piensas que te limita?

Evidentemente te limita si quieres ser internacional. Quizás sí que puedes llegar, pero es verdad que hay precedentes que han empezado en catalán y después han dado el giro cuando han querido petarlo. Personalmente, no me gustaría utilizar la lengua como un trampolín.

¿Últimamente muchos artistas no se acaban de encasillar. Tú te sientes cómoda haciendo pop?

Estoy cómoda con el término pop, pero también es una cosa muy amplia. Quizás el primer disco es una cosa más folky, pero lo que estoy sacando últimanente no se encasilla nada. Tampoco me gusta cerrarme porque me gusta mucho probar cosas nuevas. Estoy jugando y no sé qué estaré haciendo de aquí en un año.

¿Sientes que tienes que experimentar para atrapar nuevos públicos y seguir creciendo?

Es más para encontrar realmente lo que me gusta. Con mi primer disco no sabía si quería hacer aquel estilo de música, estaba muy influenciada por lo que escuchaba y por mi momento vital. Ha sido un proceso de encontrarme y no me siento nada obligada. Antònia Font ha sido un ejemplo claro de hacer lo que quieras en cualquier momento.

No hace mucho vivimos el retorno de Antònia Font y tú hiciste de telonera. ¿Cómo lo viviste?

Muy heavy. Aún lo recuerdo y no me lo creo. Fue un sueño muy extraño y emocionante. Estábamos medio flotando. Hicimos un concierto que tampoco estábamos nerviosos y pudimos disfrutar.

Además de Antònia Font, ¿qué referentes tienes? No solo mallorquines.

Son muy amplios y diversos. Julia Jacklin es de mis artistas tops. También Courtney Barnett. Escucho mucho a Bad Bunny. Me flipa también la música mainstream, creo que siempre puedes sacar algo.

¿Proyectos a largo plazo? ¿Qué te gustaría estar haciendo?

Lo mismo, pero siempre en un escalón más. Siempre que me imagino un disco nuevo o un directo nuevo quiero mejorar. Incluso a media gira me he reinventado un poco. Siempre estoy pensando en cómo puedo mejorar. Está bien conformarse con lo que tienes, pero si no estás a gusto es guay pensar cosas diferentes para que todo el mundo disfrute más, tanto el público como tú.