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'Maus', un clásico de la novela gráfica

Un libro se acerca al cómic de Spiegelman que acaba de cumplir 25 años

BEATRIZ JUEZ

Por qué cómics? ¿Por qué ratones? ¿Por qué el Holocausto? Desde que en 1986 publicara el primer volumen de Maus: Relato de un superviviente una novela gráfica sobre el exterminio judío, al dibujante Art Spiegelman le han hecho con frecuencia estas tres preguntas. Coincidiendo con el 25 aniversario de su publicación, Spiegelman responde en el libro MetaMaus. Una mirada dentro de un clásico moderno, Maus (Editorial Pantheon). Su respuesta es larga (300 páginas y un DVD) pero fascinante, no sólo para los fans del cómic, sino para todos aquellos interesados en descubrir el proceso creativo de un clásico de la novela gráfica.

MetaMaus es, según la revista The Atlantic, 'una meditación fascinante sobre el arte, la escritura y uno de los periodos más oscuros de la historia' a través de los primeros bocetos de este cómic, fotografías, documentos y entrevistas.

Ganador de un Pulitzer

Para Spiegelman ha sido difícil volver a reencontrarse con Maus, 'un libro que me ha hecho y me ha perseguido desde entonces'. El dibujante ganó en 1992 el premio Pulitzer con esta obra, que ha vendido más de 3,1 millones de copias. Se ha traducido a más de 30 idiomas, incluidos el español y el catalán, pero todavía no al árabe. 'Maus me trajo seguridad financiera y reconocimiento, abriéndome puertas que nunca había podido atravesar', admite el autor.

Spiegelman publicó primero Maus por entregas en la revista de cómics RAW, de la que era editor junto a su esposa Françoise Mouly. Y después lo hizo en forma de libro en dos partes: Mi padre sangra historia (1986) y Y allí empezaron mis problemas (1991), aunque más tarde se editaron las dos obras juntas. Maus cuenta la historia de su padre, Vladek Spiegelman (1906-1982), un judío polaco superviviente del Holocausto. Pero también aborda las complicadas relaciones entre padre e hijo, así como el proceso de elaboración de esta novela gráfica. 'Es una obra sobre las decisiones que se toman, sobre cómo encontrar lo que uno quiere decir, lo que uno puede revelar y lo que uno puede revelar más allá de lo que uno sabe que está revelando', afirma Spiegelman.

Maus se basa en las entrevistas que realizó el autor a su padre en los años setenta y ochenta sobre su experiencia en Ausch-witz, así como en una amplia labor de documentación, que incluye dos viajes a Polonia.

Spiegelman utilizó animales para representar a los personajes: los judíos son ratones (maus significa ratón en alemán), los alemanes son gatos, los polacos son cerdos, los americanos son perros, los franceses son ranas, los suecos son ciervos y los británicos son peces. El ilustrador señala que a la hora de crear Maus tuvo a 'Hitler como colaborador'. La propaganda nazi retrataba a los judíos como ratas a las que había que exterminar. Y Europa se convirtió en una ratonera para los judíos.

Spiegelman asegura que no quiso ofender a los polacos al retratarlos como cerdos, sino que utilizó esa metáfora para reflejar la opinión de su padre. 'Los polacos sufrieron mucho bajo los nazis, pero también victimizaron a los judíos', dice. La obra no se tradujo al polaco hasta 2001. Cuando se publicó en ese país, hubo manifestaciones contra el libro, del que incluso llegaron a quemarse ejemplares.

En MetaMaus, el autor recuerda que cuando era niño su familia no hablaba en público del Holocausto. Si los amigos de Spiegelman le preguntaban a Anja, su madre, qué eran esos números que llevaba tatuados en el brazo, ella respondía que 'era un número de teléfono que no quería olvidar'. Anja sobrevivió al Holocausto, pero nunca vio publicada la trágica historia de su familia. Se suicidó en 1968.

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