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"Me veo pinchando techno con 80 tacos"

Dj y productor. Imprescindible del dance nacional, celebra dos décadas de trabajo con el primer disco largo publicado bajo su nombre

JESÚS ROCAMORA

A sus 41 años, Óscar Mulero lleva más de 20 subiéndose a una cabina para hacer bailar a las masas y se ha convertido en el DJ más importante del panorama español. Ahí fueran tienen a Laurent Garnier, Ritchie Hawtin y Sven Väth, figuras totémicas del techno internacional a las que Mulero puede mirar desde el mismo escalón. En los últimos meses se le acumulan las celebraciones: a las dos décadas de trabajo como DJ y productor, se le suma la publicación de su primer largo firmado como Óscar Mulero (antes lo hizo bajo el seudónimo Trolley Route).

Titulado Grey Fades To Green (Warm Up Recordings), es un álbum que define sin problemas como 'de madurez' y donde se ha soltado en lo creativo: dividido en dos partes, la primera (The Grey) está dirigida a la pista de baile, mientras que la segunda (The Green) está pensada para ser escuchada casi en horizontal, en casa o en cualquier lugar alejado de un club. Es decir, un disco y dos maneras de escucharlo: en público y en privado.

'Hoy vemos normal que un 'bluesman' se suba a un escenario a pesar de su edad'

'Siempre he pensado que los trabajos largos deben tener un concepto, una idea detrás', dice Mulero en un hotel de Madrid. 'Todo lo que he hecho hasta ahora ha sido material muy enfocado para la pista de baile, que servía de herramienta a los DJ. La idea de este álbum era dar un contenido más musical. El disco pasa del gris de la primera parte, más futurista e industrial, al verde de la segunda, centrado en los ambientes y las emociones', resume.

Mulero asegura que todos sus temas, como los de cualquiera artista, hablan de él. Le influye el cine y la literatura (en su estudio hay un póster de Eraserhead, de David Lynch, y otro de Frankenstein), pero también sus vivencias, las herramientas con las que compone y el entorno. Grey Fades to Green le ha ocupado más tiempo de lo esperado (casi dos años), interrumpido por sus sesiones de fin de semana, remezclas para otros sellos y una mudanza, que le ha llevado a trasladarse ('incluidos mi estudio y todos mis discos') de Madrid a Gijón. 'Y eso se nota: los temas más industriales están escritos en Madrid. Y casi toda la segunda parte, la más emocional, en Asturias', dice.

'Aún sigo comprando discos de los ochenta: forman parte de mí'

Su biografía oficial lo coloca precisamente a mediados de los ochenta en Madrid, entrando en una tienda de discos para comprar Standing on a Beach de The Cure. Una simpatía por los sonidos más oscuros que aún conserva. 'Es que es algo que sigo haciendo: comprando material de los ochenta y coleccionando cosas. Y son influencias muy claras hoy: todo lo que has mamado desde pequeño forma parte de tu camino. Así que son días que recuerdo como entrañables, pero que me siguen definiendo', dice. Y si su lado más bailable siempre ha estado entre Birmingham y Detroit, su lado tranqui bebe del primer techno inteligente, del Selected Ambient Works de Aphex Twin y los Autechre más evocadores.

El futuro pasa por mezclar imagen y sonido. Mulero se plantea un directo especial para la segunda parte de Grey Fades to Green 'con visuales y en otro contexto, como un teatro. Así que lo más lógico es que pruebe con las bandas sonoras. Pero eso no está reñido con subirse a una cabina y hacer bailar'. ¿Incluso con 50 o 60 años? '¡Claro! Igual que hoy podemos ver a un bluesman de 80 tacos en un escenario y a todos nos parece lo más normal'.

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