Este artículo se publicó hace 13 años.
La memoria recuperada de Alcalá-Zamora
'Asalto a la República' saca a la luz por primera vez los diarios robados del primer presidente de la Segunda República
Asalto a la República (La Esfera de los Libros) saca a la luz por primera vez los diarios robados del primer presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora (1877-1949). Este libro, primer volumen de una trilogía, incluye también cartas inéditas y las actas de los votos obtenidos en las elecciones a Cortes del 16 de febrero de 1936.
Con edición de Jorge Fernández-Coppel, prólogo de Juan Pablo Fusi y epílogo de José Alcalá-Zamora, en este libro se incluyen unos diarios que sufrieron durante 75 años hasta tres robos. En concreto, este primer volumen abarca lo sucedido entre enero y abril de 1936, un testimonio que presenta una República agonizante.
Memorias íntimas, Recuerdos de la victoria republicana y Dietario de un presidente daban título a los tres volúmenes en los que el protagonista dividió sus memorias. Además, señala el propio Alcalá-Zamora, que "los cien días escasos" de su mandato en 1936 formaban un apéndice "breve y movido, reflejo de aquellas turbulencias, prólogo inmediato de la tragedia que siguió a mi destitución".
Asalto a la República. Los diarios robados del presidente de la Segunda República muestra cómo el propio Alcalá-Zamora presiente el sentido que tomarán los acontecimientos políticos y el 8 de enero de 1936 escribe: "Es insensata la pretensión de que el Gobierno, cruzado de brazos, les facilite el empleo de la violencia aniquiladora de las derechas, pues lo que la izquierda desea y cree oportuno es la guerra civil".
La aversión entre Azaña, nuevo presidente del Gobierno, y Alcalá-Zamora fue notoria
Hombre liberal, burgués y católico, chocó en numerosas ocasiones con Manuel Azaña. Uno de eso primeros choques fue la ley electoral aprobada en 1931 por el primer Gobierno de Azaña. En 1936 Alcalá-Zamora denunciaba que sólo beneficia los extremos políticos. El 16 de febrero de 1936 se celebraron las votaciones en un ambiente de tensión, lo que confirma los presagios de Alcalá-Zamora, ya que la jornada se llena de "robos de urnas, amenazas a gobernadores civiles y quema de iglesias", entre otros.
De hecho, el presidente escribió el 24 de febrero: "Conocedor Becerra como último ministro de Justicia y Trabajo de los datos que debían escrutarse, calculó en 50% menos las actas cuya adjudicación se ha variado bajo la acción combinada del miedo y de la crisis".
"Golpe de Estado parlamentario"La aversión entre Azaña, nuevo presidente del Gobierno, y Alcalá-Zamora provocó según este último un "golpe de estado parlamentario" que acabó con su destitución en mayo de 1936.
El 8 de abril de 1936, antes de ser destituido, el Estado Mayor del Ejército le pidió apoyo para apartar a Azaña y su gobierno. Sin embargo, se niega: "Mi camino es otro; el de mi deber, sin sospecha de ambición".
Tras el exilio, Niceto Alcalá-Zamora no pudo recuperar sus diarios y nunca conoció su paradero. El "Gobierno Giral" y el de Largo Caballero se apoderaron de estas memorias en 1937 y en 1939, durante la desbandada del Gobierno Provisional de la República establecido en Valencia, un estudiante de arquitectura se apoderó estos escritos.
Más de 70 años después, Jorge Fernández Coppel recibió una llamada durante la promoción de las memorias del general Queipo de Llano. El hijo de este estudiante de arquitectura contactó con él para venderle este legado, pero fue la policía quien recuperó los diarios. Los descendientes de Niceto Alcalá-Zamora los recuperaron y pudieron cumplir su deseo: la publicación de la obra.
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