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El misterioso cierre de la sala Caracol

El local no conoce los motivos del repentino cierre y dice contar con el certificado de conformidad para su nueva licencia. El ayuntamiento aún no se ha pronunciado

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Eran las 12.30 horas del pasado miércoles 30 de octubre cuando unos policías y técnicos de urbanismo irrumpieron en la sala Caracol de Madrid para clausurar el local, dos horas antes de que llegara Uli John Roth con su furgoneta para preparar la actuación de esa noche. Según la versión de la propia sala, la única de las dos partes que por el momento se ha pronunciado sobre el asunto, el cierre se ha producido sin previo aviso y con todos los papeles en regla. Pero aún más sorprendente resulta para los trabajadores del local el hecho de no haber recibido ninguna explicación del reciente cierre.

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"Esto se tiene que solucionar ya, la semana pasada teníamos siete eventos.  Todavía no nos habíamos recuperado de las pérdidas del cierre anterior, porque además nos cerraron en plena temporada, y ahora nos han venido a cerrar en plena temporada también". Los gastos que pueden suponer el cierre de la sala, aún por considerar, se antojan muy elevados. En primer lugar supondría la pérdida de empleos, algunos de ellos con 15 años de antigüedad, de mucha gente que trabaja, directa o indirectamente para la sala. "Entre oficina, sala, camareros, porteros, más la gente de autónoma como técnicos pues pueden ser alrededor de 50 personas. Sin contar que si cerramos no podemos pagar a promotores, proveedores de bebida, porque además es principio de mes, el alquiler de la sala", explica Vondee. "Las pérdidas pueden ser muy elevadas porque tenemos programación cerrada hasta junio del año que viene. Esta sala funciona a tope. Estaríamos hablando de muchos ceros". "Las pérdidas pueden ser muy elevadas, estamos hablando de muchos ceros"

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