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Montezuma, sólo el principio

Rodeada de una gran controversia, la ópera Montezuma cerró con una cerrada ovación su última representación en los teatros del Canal de Madrid

BORJA NOVOA

Rodeada de una gran controversia, la ópera Montezuma cerró ayer martes con una cerrada ovación su última representación en los teatros del Canal de Madrid, enmarcada en la nueva temporada del Teatro Real. La obra -escrita en 1755 por Federico II Prusia como propaganda política contra España y sus conquistadores- recibió duras críticas tras su estreno a comienzos de septiembre en el Festival Internacional de Edimburgo.

Rupert Christiansenen The Daily Telegraph, la calificó de 'anodina', y Rowena Smith, de The Guardian, la tildóincluso de 'despropósito'. Con una puesta en escena básica pero funcional, Montezuma introduce elementos sociales del México actual en el ambiente del Imperio azteca. Los guiños al ciudadano del siglo XXI son abundantes y no falta la crítica al imperialismo de las multinacionales. Sombreros mexicanos, máscaras de lucha libre y una enorme bandera deMéxico son algunos de los elementos de los que se sirve su director escénico, Claudio ValdésKuri, para establecer el paralelismo entre la sociedad y las costumbres de los aztecas y el Estado mexicano actual.

El nuevo director artístico del Teatro Real, Gerard Mortier, afirmó en una charla previa a la función que Montezuma estaba destinada a atraer a un público 'menos instruido' a los grandes teatros. Mortier declaró que 'actualmente no hay un buen contacto con los jóvenes. El Teatro Real está demasiado enfocado a la gente mayor'. Y eso es lo que está intentado cambiar. Con un paquete de nuevas medidas, Mortier quiere que los jóvenes se introduzcanen el mundo de los grandes teatros sin tener que renunciar a 'ir a la discoteca'. Para esto, el precio de las entradas de los Teatros del Canal ha bajado sensiblemente en relación a otros años, en parte gracias a la producción de obras más económicas. De esta manera se pretende conseguir una mayor afluencia de público para esta temporada.

Con un espíritu aperturista, Gerard Mortier busca enganchar a aquellos que desconocen el género operístico y afirma que 'no todos los jóvenes deben ser aficionados a la ópera, pero debemos darles la posibilidad de que vengan, para que cuando vengan 100, 20 ó 30 repitan'. Para ello, con la próxima representación 'Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny', el director declaró: 'Vamos a poner un contingente de entradas más baratas, pero es un trabajo lento. Hoy con internet debemos aprovechar vías como Twitter, Facebook o algún chat sobreópera'.

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