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El mundo son dos personas

'La vida de los peces', del chileno Matías Bize, ganó el Goya a la mejpelícula hispanoamericana

SARA BRITO

Dos personajes, una pareja para ser más precisos, un escenario y una sola noche. Estos son los materiales con los que el director chileno Matías Bize suele construir su cine, desde que debutó en el largometraje en 2003 con Sábado, película fresquísima, filmada en un solo plano secuencia, y especialmente con la exitosa En la cama (2004), película que adaptó Julio Medem en Habitación en Roma.

'Prescindir de los elementos accesorios y marcar los límites (una noche, una pareja, un espacio) me permite profundizar más en la historia y en las emociones, que es lo que más me interesa. Además, en la noche las cosas tienen que suceder antes de que amanezca. Hay una urgencia dramática que ayuda a la construcción de la historia', apunta, desde Chile, el director. Sobre estos mismos principios cimentó La vida de los peces, un filme en el que escarba en las decisiones que tomamos y sus consecuencias, y que se estrena hoy tras haber ganado el Goya a la mejor película hispanoamericana.

Los peces de Bize son una expareja que se reencuentra diez años después de haber roto. Son peces porque deambulan por una pecera (una casa donde se celebra una fiesta) y porque, como los peces, ignoran lo que les pasa. La película rehúye de los tópicos del reencuentro hollywoodiense. 'Intenté que fuera verdadera y honesta, y creo que por eso gusta. La gente cree que está viendo su propia historia'.

Melancólicos y extraviados, los personajes de Bize encajan a la perfección con la languidez indie de una banda sonora, que compuso su hermano, Diego Fonte-silla, mientras Bize escribía el guión. Uno y otro se complementaron, hasta el punto de que la música sonó en el rodaje de muchas secuencias. 'Son las notas interiores de los personajes y les van llevando a ellos y a nosotros'.

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