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Música Izal cierra un círculo de ensueño

La banda madrileña no se ha bajado de los escenarios desde su despegue en 2010, por lo que se tomará un descanso hasta el próximo año una vez sellado el fin de gira 'Copacabana'. Durante estos meses renovará ideas y pondrá el broche al que será su cuarto trabajo de estudio.

Izal cierra un círculo de ensueño. / Juan Pérez Fajardo

Hace siete años Izal sólo era el primer apellido de un joven pamplonés de 28 años aficionado a la música, que decidió abandonar su futuro profesional en el sector de las telecomunicaciones para hacerse un hueco en un panorama musical bastante turbio. A día de hoy, ese sobrenombre engloba a uno de los quintetos más reclamados a nivel nacional junto a veteranos como Lori Meyers —próximamente publicarán su sexto trabajo bajo el título de En la espiral—, Vetusta Morla o Love of Lesbian.

Los orígenes de la banda madrileña se remontan a la Bienal de Jóvenes Creadores de Europa de 2009, celebrado en Skopje —capital de Macedonia—, donde Mikel Izal aterrizó tras conquistar locales como Libertad 8 o el Búho Real de Madrid y alzarse ganador —con el formato minimalista de cantautor— del Certamen de Jóvenes Creadores de la Comunidad de Madrid un año antes. Allí coincidió con Emanuel Pérez Gato —bajista—, con el que una vez en España inició un proyecto que poco a poco integraría a más participantes.

Junto a Alberto Pérez —guitarras—, Alejandro Jordá —percusión—, e Iván Mella —teclados— han supuesto un soplo de aire fresco en el horizonte sonoro nacional, en un tiempo donde es más valorado el producto de fuera que el autóctono. Sin embargo, no todo ha sido un camino de rosas. Quizá el secreto de su éxito corresponde a las largas jornadas de ensayo y reuniones desarrolladas en la planta baja de un edificio situado en el barrio madrileño de Sainz de Baranda —sin ventanas y con una acústica terrible—, y a las amplias distancias recorridas en el coche de Alejandro con los instrumentos sobre las rodillas.

Izal tiene la oportunidad de acudir a festivales musicales, donde comparte escenario con artistas como Dorian, Supersubmarina, Miss Caffeina o Sidonie

Enmarcados bajo la tendencia indie —para ellos no es un estilo musical, sólo una forma de autogestión— en 2010 graban un EP denominado Teletransporte y protagonizan varios bolos para exhibir sus canciones. Difícilmente logran reunir a un veintenar de asistentes, pero programas radiofónicos como Tablero Deportivo de RNE o el Festival Internacional Sucre de Quito les dan cierta visibilidad.

Es con su primer LP, Magia y efectos especiales, cuando empiezan a subir como la espuma. Para producirlo acuden a los Estudios Reno de Madrid en 2012 y se ponen en manos de Luca Petricca y Karim Bulkhalter —han colaborado con Anni B Sweet o Dinero—, "y qué genial […] qué maravillosamente oportuno" —tal y como versa su canción Qué bien—. Principalmente porque la promoción del álbum les hace ser solicitados por salas de gran renombre como La Palma, Joy Eslava o Sol en Madrid.

En ese año a Izal se le presenta la oportunidad de acudir a grandes festivales musicales como Sonorama, Dcode, Arenal Sound o Granada Sound, donde se permiten el lujo de compartir escenario con artistas ya consolidados de la talla de Supersubmarina, Dorian, Miss Caffeina o Sidonie. Esta experiencia les permite visualizar el escenario como su zona de confort y deciden establecer las actuaciones en directo como su principal base de ingresos, en un momento en el que el producto cultural pasa por una notable crisis.

La aceptación de un público cada vez más entregado les lleva a comercializar su segundo trabajo en octubre de 2013, escasos meses después de concluir su primera gran gira. Bajo el título Agujeros de gusano empiezan a demandar aforos más amplios como La Riviera de Madrid o el Palacio de los Deportes, doblando fechas, colgando en ocasiones el cartel de "sold out" y haciendo las delicias de los fans con temas como La Mujer de Verde o Hambre. A esto se unen diversos galardones como Mejor grupo revelación para por la revista Rolling Stone y UFi, añadiendo el otorgado por los oyentes de Radio 3 a Mejor artista a finales del año.

Copacabana, esa pequeña gran revolución

En su despedida de los escenarios hasta 2018, el grupo musical reúne a 16.000 espectadores en Madrid

De perder dinero durante varios años a reunir a 16.000 espectadores en el WiZink Center de Madrid —antiguo Palacio de los Deportes— en su despedida de los escenarios españoles hasta 2018. Izal ha alcanzado su punto más dulce con Copacabana, un LP que ha supuesto un contrapunto con sus proyectos anteriores al sustituir un sonido completamente limpio por tonalidades mucho más granuladas y experimentales.

Producido en septiembre de 2015 por Santos y Fluren, de la discográfica Blind Records —Quique González o Iván Ferreiro, entre otros—, el CD ha consolidado los esfuerzos dedicados durante un lustro. Copacabana ha atraído a nuevo público, terminado de enamorar a los ya conquistados y permitiendo al grupo presumir de su primer Disco de oro. Además, las puertas europeas se han abierto para los españoles, que han podido trasladarse "hacia el norte" y tocar en Berlín, Londres y Dublín.

En Madrid se inició todo y en la capital ha concluido este ciclo de ilusión con una despedida por todo lo alto, con una suculenta puesta en escena, bailes infinitos y la presencia de Jorge Drexler —interpretando La piedra invisible— o Alberto Jiménez de Miss Caffeina —con La mujer de verde. La banda se tomará dos meses de descanso antes de poner en marcha la grabación de su cuarto trabajo de estudio, del que exclusivamente se conoce la canción Ruidoblanco. No obstante, antes acudirán al festival estadounidense SXSW —entre el 10 y el 19 de marzo en Austin—, al Vive Latino de México a Bogotá y Medellín.

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