Este artículo se publicó hace 15 años.
La ingenuidad trágica de 'Lulu' abre la temporada del Real
El teatro programa actos introductorios que ayuden al público a profundizar en la ópera de Alban Berg
"Esta ópera refleja la tragedia de la humanidad". Así de contundente se mostraba el director de orquesta Eliahu Inbal en la presentación de Lulu, la ópera que compuso Alban Berg en 1935 y que dirigirá desde el próximo lunes en el inicio de la nueva temporada lírica en el Teatro Real. Sobre las tragedias Espíritu de la tierra y la Caja de Pandora, de Fran Wedekind, el compositor de la Segunda Escuela de Viena escribió su propio libreto, rescatando todo el poder teatral de la tragedia de esta heroína. Con esta partitura, puso todo el dodecafonismo al servicio del sentido dramático de la ópera. "Un sistema, el de los doce tonos, de una dificultad extrema, que no ha funcionado tan bien como se esperaba. Hoy cada compositor busca su propio lenguaje", recuerda Inbal. Sin embargo, "Lulu trasciende la atonalidad para llegar a crear momentos de gran lirismo, que evocan emociones".
"Lulu no es una ópera fácil, pero se puede y se debe disfrutar", ha dicho el director artístico del Teatro Real, Antonio Moral. Para ayudar al público a comprender mejor la obra, el coliseo madrileño ha preparado una agenda de actos que comienzan este sábado con la proyección de dos películas sobre el mito de Lulú y seguirán todos los días de las funciones con una charla introductoria media hora antes del comienzo. Con Lulu se abre una temporada que tiene un hilo conductor muy definido, que consiste en mostrar cómo ha evolucionado la figura de la mujer en la historia de la ópera. Serán "diez óperas, diez visiones de la figura femenina" que van desde la Poppea del Renacimiento hasta la Lulú del siglo XX.
En un principio, no iba a ser ésta la ópera que abriese la temporada, sino que el equipo artístico del teatro había iniciado las gestiones para poner en escena otra de las cumbres de la ópera del siglo pasado: la también dodecafónica Moisés y Aarón, de Arnold Schoenberg, maestro y amigo de Alban Berg. Con el cambio de director artístico del Teatro Real, que a partir de la próxima temporada asumirá Gerard Mortier, se cambió por Lulu, que estaba programada para fechas posteriores.
Esta es la razón por la que el reconocido director alemán Christof Loy, que ha ideado la puesta en escena, no haya podido dirigirla personalmente, ya que se encuentra en Londres preparando el estreno de su nueva Tristán e Isolda. Precisamente, con el Covent Garden es con quien el Teatro Real ha coproducido este nuevo montaje, que se pudo ver la temporada pasada en la capital británica. Una propuesta minimalista, "esencial" como se ha encargado de subrayar Antonio Moral, que pretende realzar las relaciones emocionales de los personajes por encima de otros elementos escénicos. Sobre una gama de blancos y negros, Christof Loy ha pretendido desnudar del arquetipo de femme fatale al que suele asimilarse este personaje, y realzar la parte que, a su juicio, es más esencial: el tema del amor y la desesperación.
Las raíces de la desesperación
"A Lulú no le gustan los límites que le impone la sociedad, la moralidad", ha recordado Axel Weidauer, encargado de ajustar la dirección de escena creada por Christof Loy. No se trata tanto de una despiadada mujer, que actúa por despecho, sino que en su desesperación es humana e instintiva. "Lulú es una mujer que quiere sobrevivir y triunfar en la vida", dice la soprano sueca Agneta Eichenholz, que encarnará al personaje junto con la danesa Susanne Elmark, que se enfrentará al desafío de cantar por primera vez el papel en Madrid. Eichenholz lo debutó en Londres y no tuvo dudas: "Cualquier otro personaje similar de la historia de la ópera con quien queramos comparar, resulta una canción de cuna comparado con Lulú". "Esta ópera es un reto para el público y para los cantantes. Es quizá, musicalmente hablando, uno de los roles más importantes de la historia de la ópera", asegura Elmark. "En Lulú nos encontramos con palabras dichas de verdad, llenas de vida".
La veterana mezzo Jennifer Larmore interpretará a la condesa Geschwitz, "una mujer orgullosa que es la única que ama de verdad a Lulú; tanto que está dispuesta a morir por ella". Este papel, especialmente cuidado por el compositor en los compases que ha de cantar, representa un asidero vital para la protagonista y, también, para los espectadores.
Para ir a verla:
Entradas de último minuto para jóvenes menores de 26 años: 90% de descuento hasta hora y media antes de la función.
8 octubre: descuento del 60% para jóvenes menores de 30 años con una charla sobre la ópera 45 minutos antes del inicio.
10 octubre: 50% de descuento en todas las entradas.
Miradas sobre Lulu: Media hora antes de cada función, charla introductoria de la ópera a cargo del musicólogo José Luis Téllez (Salón Carlos III).
26 de octubre: Cine en torno a Lulu. Proyección de La caja de Pandora (Georg Wilhelm Pabst, 1928) y Lulu (Walerian Borowczyk, 1979) en la Sala Gayarre.
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