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"No creo que el arte sea de derechas o de izquierdas"

Lagartija Nick. La banda granadina hace balance de una temporada hiperactiva: publicó disco, salió de gira y celebró el 15 aniversario de una obra clave en su carrera, ‘Inercia’

ANDRÉS CASTAÑO

l grupo granadino Lagartija Nick juega en su propia liga, sin presiones ni limitaciones creativas. Contundencia sonora y argumentos literarios son sus fuertes. También les definen la explosión sonora y la búsqueda de nuevos ingredientes.

El grupo de Antonio Arias sigue siendo uno de los más auténticos de la escena nacional. Este año, lo ha demostrado doblemente con la publicación de El Shock de Leia, su último disco, y la celebración de los 15 años de Inercia, uno de los álbumes más importantes de los años 90 en España. Lo tocaron de forma íntegra en la última edición del Primavera Club de Barcelona. El ideólogo y líder de la banda, Antonio Arias, nos explica la jugada. Y nos demuestra la reflexión que existe detrás de esta
singular banda.

En este disco, hacéis referencia a uno de vuestros grandes temas. ¿Son la ciencia-ficción y el espacio un elemento intrínseco al repertorio de Lagartija Nick?
Creo que la ciencia ficción es el género que no nos desata de la adolescencia, forja el primer espacio exterior y acaba convirtiéndose también en el primer espacio interior. Todo es muy evocador y abstracto. Las letras que más me gustan para determinadas canciones suelen ser ambiguas y etéreas, así que la ciencia ficción puede dispararte tan fuera que seguramente puedas sentirte identificado con ese viaje. Creo que somos el único grupo que ha colaborado con un astronauta para hacer la letra de una canción. Newton, del disco Lagartija Nick 1999, cuenta con la colaboración de Pedro Duque. Curiosamente, fue una bailaora, La Porrona, la que nos puso en contacto con él, así que todo queda relacionado.

La psicodelia, el metal y la investigación electrónica han quedado en un segundo plano. ¿Volverán esos elementos en el futuro a Lagartija Nick?
Estamos en un momento muy comunicativo con todo lo que nos rodea y a la hora de hacer proyectos de más riesgo tienes que tener un punto antisocial. Pasar de todo el mundo y hacer lo que te pida el cuerpo independientemente de que te acerques al metal, al flamenco o lo que sea. Hace unos años, hicimos un espectáculo llamado La Guerra de los Mundos, con narrador y cuarteto de cuerda. Espero que podamos editar parte de aquellos conciertos, así como algún proyecto sobre temas esotéricos granadinos.

Tus letras tienen un deje metafísico y cotidiano a la vez ¿Te gusta desgranar las cuestiones que más nos preocupan como seres humanos?
Yo vengo de formación profesional. Mi hermano es periodista y también un gran letrista, así que aprendí mucho de él: poder sintetizar los pensamientos y que produzcan cierta reacción sigue siendo un misterio. Luego he profundizado de una manera muy collage. A veces, prefiero la estética a la ética en las letras de las canciones. Quizá es el tiempo el que más sintetiza el caos interior.

Siempre has sido un recuperador de personalidades olvidadas. En su momento, con Val del Omar; ahora, con Honest John Plain, cantante del grupo punk The Boys. ¿Crees en el poder de las personas que pasan desapercibidas?
No hace tanto, alguien muy importante en la industria me dijo que con Internet ya no existen los genios ocultos. Yo creo que está todo por descubrir, es una excusa pensar que como está todo ahí ya no es necesario buscar nada. Personas como John Plain en cierta forma nos dicen cómo seremos en el futuro si nos seguimos dedicando a esto, y su forma de tocar y su forma de ser me impactaron desde el principio. Con Val del Omar es diferente porque lo considero mi padre artístico, lo que he aprendido con él no lo he visto en nadie: cómo escribía, cómo realizaba cortos. Y a estas personas no se las descubre con la cabeza, se las descubre con el corazón.

¿A quién deberíamos reivindicar?
A todo aquel que nos enseña algo. A veces, en la música, se sabe mucho y se dice poco; quiero decir que se oculta adrede para enseñar sólo lo propio. Compartir es reivindicar.

¿Qué supuso vuestro aclamado disco ‘Omega’, compartido con Enrique Morente ?
Pudimos mostrar ese disco por todo el mundo, una gran experiencia, aunque nos convertimos en actores secundarios de nuestra propia película. No es mi disco favorito, pero tiene cosas muy buenas, incluso hoy lo copian mucho, pero a mí ya no me interesa nada.

La banda Grande-Marlaska dice: “Los grupos de pop en España son demasiado conservadores”. ¿Hoy en día crees que el mundo de la música debería implicarse más políticamente?
No creo que el arte sea de derechas o de izquierdas, tampoco me importa nada de eso. Los grupos en España son conservadores porque está muy castigado innovar. ¡Que nos lo digan a nosotros!

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