Este artículo se publicó hace 17 años.
«No he hecho política con mi sexualidad; lo que tengo que decir está en mis canciones»
El cantante de Soft Cell abre esta noche una semana de música, cine y diseño en Valencia
Un artista que ha impregnado su obra de tanto testimonio personal, ¿haciendo un disco de versiones? Marc Almond, icono de la homosexualidad con los sonidos tecno-pop Soft Cell, presenta en el Greenspace Heineken de Valencia Stardom Road, un álbum con el que construye una especie de autobiografía a partir de canciones ajenas (Charles Aznavour, David Bowie...). El cantante acaba de atravesar el trance más duro de su vida: un accidente de moto le dejó en coma.
¿Por qué un álbum de versiones?
Hace dos años sufrí un grave accidente de moto. Durante el proceso de rehabilitación me resultó imposible escribir canciones, aunque mi plan era hacer un disco con temas propios. Para mí era muy importante regresar al estudio y grabar música lo antes posible. Así que escogí canciones de otros artistas que fueran especiales para mí, que de alguna manera contaran la historia de mi vida. Una especie de musical sobre mi vida.
Pero también incluye ‘Redeem Me’, una canción suya...
Sí. Fue la primera canción que escribí tras el accidente. El golpe fue gravísimo: estuve en coma y durante un tiempo no podía moverme ni hablar. Quería escribir una canción positiva, esperanzadora, de las que te suben la moral, hablar de que la belleza es capaz de redimir al mundo, que por cierto es una cita de Dostoievski. Ahora estoy escribiendo canciones de nuevo. Mi próximo disco será con canciones originales.
¿Cómo se siente un cantante cuando no puede cantar?
Estaba muy asustado, pero en todo momento mantuve la determinación de recuperar la salud y la fuerza. Mis oídos y mis pulmones estaban en muy mal estado. Había posibilidades reales de que no pudiera volver a cantar, pero esperé a que las cosas mejoraran de forma gradual. Inicié clases con una maravillosa profesora de canto, que trabajó mucho con mi estómago. Y enseguida volví al estudio, tan pronto como pude, y realicé pequeñas apariciones en vivo, como en el concierto de Antony & The Johnsons en Londres.
Esa recuperación casi meteórica refleja mucha fortaleza.
Bueno, creo que soy una persona muy fuerte. Tengo 50 años y he atravesado muchas situaciones difíciles en mi vida. Afortunadamente, cuando tuve el accidente estaba en forma. No había fumado, bebido o tomado drogas en diez años. Los doctores quedaron admirados con mi progreso.
Usted es un icono para muchos homosexuales, pero nunca militó en ningún movimiento, ¿por qué?
Nunca he querido hacer política con mi sexualidad. Lo que tengo que decir de mi sexualidad está en mis canciones, pero nunca he desarrollado un activismo en ese sentido porque no soy bueno como portavoz. Trato de jugar mi papel siendo yo mismo.
¿Ha sufrido la intolerancia?
Por supuesto. A principios de los 80 hubo gente que prohibió mis discos, me pegaban por la calle, me etiquetaban y decían cosas horribles sobre mí. Pero nada comparado con lo que sufrí en el colegio.
¿Cómo ve la situación de los gays actualmente?
Son mucho más visibles. Aparecen en televisión, hay muchos artistas que admiten su homosexualidad... La homofobia aún existe, sobre todo desde los sectores religiosos. Creo que no podemos relajarnos, porque el tiempo cambia las cosas. En un momento dado algo está bien y al momento siguiente está mal. Nunca puedes sentirte totalmente seguro en tu vida. No sabes cómo van a cambiar las cosas.
¿Qué opina de la legalización del matrimonio gay en España?
Si hace a la gente feliz y es lo que quieren, ¿por qué no? No están haciendo daño a nadie.
Los ‘artistas icono’ ya no abundan, ¿no se necesitan?
No lo sé. Cuando yo aparecí en los 80 venía con una historia y con una vida. Y llevé la experiencia de mi vida a mi música. Ahora hay mucho artista manufacturado. Pero también grandes artistas, como Antony & The Johnsons. Los que son buenos siempre acaban llegando. Como Amy Winehouse, una artista muy fuerte y con mucha personalidad. No te imaginas que alguien le diga lo que tiene que hacer.
De todos los artistas con los que ha colaborado, ¿con cuál aprendió más?
Es difícil de decir, siempre aprendes algo, aunque no quieras volver a colaborar con ellos en tu vida (ríe). Destacaría mi colaboración con Gene Pitney: es tan profesional, tan calmado y comprensivo... Sobre todo aprendí a no tomarme ciertas cosas tan en serio.
¿Por ejemplo?
Cuando vas a televisión siempre te presentan de forma errónea. Eso al principio me soliviantaba, con Pitney aprendí a reírme de ese tipo de cosas. No es el fin del mundo, hay cosas más importantes en la vida que estar en el negocio musical.
¿Cómo lleva las nuevas tecnologías?
Voy mejorando (ríe). ¡Por fin tengo Myspace! Les costó meses convencerme. Y bueno, el aparato que más quiero es mi iPod. Puedo tener toda mi colección de discos ahí metida y llevarla conmigo.
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