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Entre Pimpinela y Fangoria

Los argentinos Miranda! debutan en España con un disco de techno-pop que ha arrasado en su país.

JESÚS MIGUEL MARCOS

Hace años, no muchos, los niños no escuchaban música. Enredados en un mundo de tres esquinas –el cole, el deporte y la tele–, la música era una cuestión de hermanos mayores. En los últimos años, esto ha cambiado hasta tal punto, que la música que antaño se denominaba comercial hoy se podría llamar infantil. Hay datos: los pocos adultos que había en uno de los últimos conciertos en Madrid de La Oreja de Van Gogh eran los padres de los niños y niñas.

Con los chavales atiborrados a productos pseudo-musicales, es raro que un grupo de verdad, hecho a sí mismo, con ideas claras y difícilmente manipulable, llegue hoy en día al público adolescente. Los argentinos Miranda! lo han conseguido, convirtiéndose en la última sensación del pop en su país. “No todos son adolescentes y niños”, se apresura a aclarar Ale, cantante del grupo, “hay mucho público diferente, lo que pasa es que los niños son los más gritones”.

Acaban de editar su primer disco en España, El disco de tu corazón, un cruce imposible entre Fangoria, Family, Camela y Pimpinela. Hablar de eclecticismo con Miranda! es decir poco. Escuchen:

¿Qué artistas tenéis como referencia?

Ale: “Nos gustan Abba, Michael Jackson, Madonna, Mecano”.

Juliana: “También Roxy Music, Marlene Dietricht, Talking Heads...”

Lolo: “Los Beatles, los Who, los Clash, The Rolling Stones...

Y Julio Iglesias”.

Juliana: “Julio Iglesias tiene una voz tremenda”.

¿Un grupo de pop moderno adulando al de Miami? ¡Pero si es el cantante favorito de todas las madres! “A nosotros nos da igual que sea el cantante que les gusta a nuestras madres”, se defiende Juliana y añade: “lo mismo nos pasa con Pimpinela. Su puesta en escena nos parece genial. Esa frontera entre lo clásico y lo moderno la ignoramos completamente”.

Un poquito de romanticismo

Han despachado muchos discos, pero la hoja promocional del grupo destaca que han vendido 3.000.000 de ringtones. “Nos parece perfecto que se vendan ringtones. Además, nosotros los incorporamos bastante en nuestra música. Hay alguna canción que empieza con un ringtone. Yo tengo un deseo oculto de hacer una sinfonía para teléfonos móviles. Para mí es un instrumento musical también”, comenta Ale.

Su especialidad son los estribillos adhesivos, el ritmo bailable, el condimento electrónico y la letra romántica. De vez en cuando, una balada adormece el ritmo y aumenta la pulsación del corazón. “He intentado escribir sobre temas que no sean el amor, pero luego me siento ridículo cantándolos”, reconoce Ale.

En España, han tenido como padrinos a Fangoria, que colaboran en el disco. Y reconocen que Internet ha sido una gran ayuda: “No nos molesta que se bajen nuestra música de Internet. Los primeros discos de Miranda! no están editados en España, pero la gente los puede bajar de la Red”, dice Ale. Juliana es aún más clara: “Todas las campañas antipiratería apuntan al usuario, como si fueran los culpables, cuando en verdad gracias a los oyentes la música sobrevive. El problema es todo lo que hay entre el músico y el oyente”.

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