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Pon tu mente al sol

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Hace poco estuve en Zaragoza y siempre me paso por el bar de Sergio Algora. No puedo creer que esté muerto. Desde que lo conocí, en los primeros conciertos de El Niño Gusano, siempre tenía una sonrisa para cualquier cosa que fuera mal o bien: si había ído mucha gente a verlos, salía encantado de la actuación; si había ído poca gente a verlos, sonreía y nunca ponía mala cara por nada.

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En las entrevistas que le hacía en el Diario Pop de Radio 3 cada vez que editaba un disco o emitíamos uno de sus conciertos, desplegaba un sentido del humor que nos hacía pasar un buen rato y olvidar cualquier contratiempo.

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Cuando le operaron del corazón bromeaba sobre su salud y no dejó de cantar y de vivir con alegría las venturas y desventuras de una profesión difícil, como es la de cantante de grupos que merecían haber tenido un mayor reconocimiento por su valiosa aportación a nuestras vidas. Siempre estará en nuestros corazones y en "nuestras mentes tendidas al sol".

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