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Los negativos de los olvidados

Gervasio Sánchez rescata la memoria de 'Desaparecidos' en nueve países con un proyecto fotográfico

BRAULIO GARCÍA JAÉN

La desaparición forzada de alguien, no así su muerte, pende sobre la vida de sus familiares como una espada de Damocles, a veces suspendida para siempre; sólo se resuelve con el hallazgo e identificación de su cadáver. De ahí que los familiares sean casi tan víctimas como los desaparecidos, porque sufren la condena en permanencia, y abrir las fosas es una manera de cerrar las heridas, como se dijo ayer en la presentación de Desaparecidos, una exposición de Gervasio Sánchez que recoge 12 años de fotoperiodismo en nueve países del mundo: de Guatemala a Irak, pasando por Argentina, Chile, Perú, Colombia, Camboya, Bosnia-Herzegovina. Y sí, también España. La otra manera es el olvido.

El proyecto nació hace cinco años en el Museo de Arte Contemporáneo de León (MUSAC), sin embargo, sin capítulo español. En parte, porque el propio método de trabajo de Gervasio Sánchez así lo imponía: desde que viajó por primera vez, como joven estudiante de periodismo a Guatemala, en 1984, sólo ha trabajado en el extranjero. 'Nunca he hecho un tema sobre España', dijo ayer después de la rueda de prensa en La Casa Encendida de Madrid, otra de las tres sedes que acogerá simultáneamente la muestra.

El fotoperiodista exhibe su trabajo en Barcelona, León y Madrid

Además de Madrid y León, la tercera es el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), y su director, Josep Ramoneda, subrayó su importancia: 'Si hay una categoría que simbolice la otra cara del mundo que vivimos, y que por tanto tenga mucho que enseñarnos sobre lo que está pasando, es la del desaparecido', dijo. Y remarcó la pertinencia de su simultaneidad en las tres ciudades, porque permitirá plantear un debate necesario e importante a nivel nacional: no es un problema sólo de memoria, sino del presente: Y ya no es sólo una cuestión política', dijo.

'El sufrimiento de las personas no tiene que ver forzosamente con su posición política: hay personas desaparecidas en uno y otro bando, y eso es doloroso en cualquier caso', añadió luego a Público. Una opinión que también compartía el fotoperiodista: 'La inmensa mayoría son republicanos, pero también hay víctimas entre los vencedores, que tienen que aparecer', dijo Sánchez.

'He utilizado vídeo también, porque había cosas que no cabían en las fotos'

'El objetivo de esta exposición no es la controversia, sino generar un debate', aclaró la comisaria, Sandra Balsells. 'Plantea un tema crucial: ¿cuándo concluye un conflicto? El hecho de que muchas personas no puedan cerrar el duelo porque no tienen los cuerpos deja esa pregunta sobre la mesa', explicó. La muestra se inaugura el próximo sábado en León, el lunes en Barcelona y el martes en Madrid.

La mayor dificultad de este proyecto fotográfico radicaba en la 'propia imposibilidad de visualizar a los verdaderos protagonistas, los desaparecidos', explicó Balsells. Quizá por eso, el trabajo del fotógrafo, según reflejan la organización de la muestra y el catálogo, recuerda a una investigación en marcha. 'He tenido que utilizar la cámara de vídeo, porque había cosas que no se podían mostrar en fotos', reconoce Sánchez.

Cada capítulo es una fase que el fotógrafo recorre, como un detective, rastreando las huellas del desaparecido que no podrá fotografiar: 'Centros de detención', 'memoriales', 'objetos', 'búsqueda', 'exhumar', 'bodegas', 'identificar' e 'inhumar'. Los familiares de los desaparecidos, sin embargo, tienen libro aparte: sus retratos en color resaltan la actualidad de su memoria. El resto son en blanco y negro.

El proyecto dedica un epílogo a los desaparecidos en España

El último capítulo es el dedicado a España, casi un epílogo arrancado al inconsciente. El proyecto nació en el MUSAC y 'Castilla y León se interesa mucho por estos temas', reconoció su director ayer. Pero en el origen de la decisión de Sánchez de ocuparse de los desa-parecidos de la Guerra Civil y el franquismo hay una obsesión personal, que contó ayer. Se trata de la frase que le espetó una corresponsal española en París, en noviembre de 2008, después de que él le explicara que si no los había incluido hasta entonces era por una cuestión de método. Por aquello de que nunca trabajaba en España: 'Me parece una excusa', le dijo a bocajarro, según recoge en el catálogo. La obsesión ha dado lugar a un capítulo y, según dijo ayer Sánchez, ha puesto en marcha otro proyecto que, quizá dentro de cinco años, se llame Desaparecidos en España.

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