Este artículo se publicó hace 14 años.
El Nobel vuelve a hablar en español
Con el premio al autor de 'La fiesta del Chivo' se rompe con dos décadas de ausencia entre los grandes de un escritor en castellano
Catorce minutos antes de la una del mediodía de ayer Mario Vargas Llosa recibió una llamada de Suecia. Era Peter Englund, presidente del jurado del Nobel de Literatura. Era el nuevo premiado con los 1,1 millones de euros del galardón más importante del mundo de las letras. El escritor peruano dudó, no era la primera vez que le llamaba la Academia sueca. Su hijo Álvaro Vargas Llosa reconocía ayer que hace muchos años alguien se hizo pasar por sueco para anunciarle el premio con años de antelación. Mario "mantuvo la duda hasta el último momento, cuando se hizo oficial el anuncio". Tampoco tuvo que esperar demasiado.
Eran las cinco y media de la mañana en Nueva York y Vargas Llosa estaba leyendo El Reino de este mundo de Alejo Carpentier, "que recomiendo encarecidamente", cuando su mujer Patricia llegó con el teléfono en la mano. "Le dije a mi mujer si se trata de una broma, mejor no llamemos a los hijos hasta que se confirme'. Mi primera reacción fue de angustia porque a esas horas no suelen ser cosas buenas. En la línea había un señor que no entendía muy bien y que me decía algo de la Academia sueca, ahí ya presté atención, pero claro la conversación se cortó, el señor, que ya se identificó como el presidente me confirmó que en 14 minutos iban a anunciar el premio", contó el escritor en una abarrotadísima rueda de prensa celebraba en el Instituto Cervantes de Nueva York, pocas horas después de conocer la noticia.
"Trato de promover la lengua española escribiendo lo mejor que puedo"
Ácido contra el poderEste año la Academia sueca ha preferido quedarse en un segundo plano, y olvidarse de las extravagancias, para que los focos sean para el autor premiado con el Nobel de Literatura. El de Mario Vargas Llosa (1936, Arequipa, Perú), junto a Julio Cortázar, el más europeo de los novelistas latinoamericanos contemporáneos, es un galardón justo y esperado. Presente en las quinielas desde hace años, el autor de ideas incómodas y escritura estimulante, recibió ayer, por fin, en Nueva York, donde da clases en la Universidad de Princeton, la buena noticia. El jurado destacó su "cartografía de las estructuras del poder y aceradas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo".
"¡Mira qué bonito!, espero que sea cierto. Voy a mirarme al espejo y me voy a ruborizar", ironizó al oír la conclusión del jurado, del que pensaba haber sido "completamente olvidado".
El autor mantiene sus críticas contra los gobiernos de Cuba y Venezuela
Desde que el mexicano Octavio Paz lo recibió en 1990, justo un año después que el español Camilo José Cela, el premio no había recaído en un representante de las letras hispanas, que han sido reconocidas 11 veces por la Academia sueca, incluyendo a Vargas Llosa.
Las primeras declaraciones del escritor fueron de reconocimiento para España, "país que me dio un enorme apoyo cuando empezaba y permitió que mis libros tuvieran una enorme difusión" y mencionó especialmente al editor Carlos Barral, que publicó su primer libro, La ciudad y los perros en 1959, "luchando contra la censura" y a su agente, Carmen Balcells, "que dio la batalla para que mis libros se editaran y se tradujeran".
Más allá del premio a su labor literaria, el galardón de la Academia sueca, subrayó Vargas Llosa, también reconoce la importancia de "la maravillosa lengua española que ya hablan 500 millones de personas y une a gente de países muy diversos, una lengua moderna y dinámica". Una lengua, bromeó, que "trato de promover escribiendo lo mejor que puedo".
"A mis 74 años ya tengo mi mundo, mi orientación, mis ideas"
Agradeció la felicitación de Gabriel García Márquez, sin querer entrar en la polémica que ha enfrentado a los dos gigantes de la literatura. Mutis, amigo de ambos, especialmente del colombiano, reconoció a Efe que no creía en la posibilidad de reconciliación después de 34 años enfadados, desde que la relación entre ambos terminase en el famoso puñetazo de Vargas propinado a Gabo en 1976.
El escritor opinó que en la decisión de la Academia sueca quizás influyó su "defensa de la democracia y lucha contra las dictaduras", y volvió a criticar abiertamente a los gobiernos de Cuba y Venezuela. Precisamente ayer Hugo Blanco, el político peruano defensor de los derechos indígenas, de visita en Barcelona, se mostró muy crítico contra el escritor a quien calificó como "el representante perfecto del neoliberalismo". "Este premio es la continuación del Nobel de la Paz recibido el año pasado por Obama: el neoliberalismo quería a un representante y ya lo tiene", dijo el ex guerrillero de 85 años.
A las críticas se unió el escritor argentino Federico Andahazi, para quien el escritor galardonado "es una persona que mantiene posiciones mucho más extremas que el propio Borges, y uno se pregunta por qué se le disculpa eso", afirmó Andahazi recordando que el escritor argentino nunca recibió tal galardón.
Roncagliolo: "La ideología que él defiende no aparece en sus novelas"
"Seguiré criticando el autoritarismo" y defendiendo unas convicciones que lo volvieron "persona non grata" en su propio país. "Soy un escritor, pero también un ciudadano y tengo valores y espero que me acepten a todos los niveles de mi experiencia. De hecho, creo que todos los ciudadanos deben participar de la discusión política", dijo el autor empeñado en sus novelas en derrocar la arrogancia de los poderosos.
"El Nobel no va a cambiar mi forma de escribir, aunque quizás, de forma transitoria mi vida diaria. Pensaba que estos meses en EEUU serían tranquilos y ahora estoy en una casa de locos", bromeó el escritor, "a mis 74 años ya tengo mi mundo, mi orientación, mis ideas, mi vida sólo se va a complicar un poco más".
Recibió la llamada de felicitación del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, en el Cervantes, poco después de la rueda de prensa. "Desde las primeras entrevistas que he dado esta mañana he estado agradeciendo a España", respondió, móvil en mano, el escritor. El presidente le felicitó porque "desde hoy el territorio de La Mancha cuenta con un motivo más de orgullo".
El ex presidente del Gobierno de España José María Aznar expresó su satisfacción por la concesión del premio Nobel de Literatura al escritor peruano Mario Vargas Llosa y confesó que "llevaba años deseando que se lo dieran".
Todos contentosPor otro lado, Fráncfort aplaudió el Nobel a Vargas Llosa. Su editora en España, Pilar Reyes, se mostró muy contenta: "Es un premio muy merecido. Es el intelectual más importante en español". La editora de Tusquets, Beatriz de Moura, afirmó que "Mario es la persona más valiente intelectualmente que conozco".
Otros editores también hubieran deseado que les tocara a ellos el premio gordo, como Claudio López Lamadrid, de Mondadori, que prefería a Cormac McCarthy o Philip Roth, aunque señaló que le parecía "una noticia estupenda". "También me alegro mucho por su agencia [Carmen Ballcells]", añadió.
Por supuesto, en el stand de esta agencia también se brindaba. La socia de Ballcells, Gloria Gutiérrez, no paraba de hablar por teléfono. Confirmó que la veterana agente se encontraba "muy feliz" por el premio y que "no se lo esperaba". Precisamente, con respecto a los derechos del peruano, confirmó que ya había recibido propuestas de algunos países donde hasta ahora no se vendía, como Dinamarca.
Entre los escritores españoles, Ricardo Menéndez Salmón (autor de La luz es más antigua que el amor) asegura que había dos posibilidades de recibir un Nobel en castellano: Vargas Llosa y Juan Marsé. "De él no me interesa su pensamiento político, pero es uno de los últimos novelistas que miran para atrás, a Francia y Rusia. Hay muy pocas novelas que se puedan acercar a La guerra del fin del mundoe_SDRq. El autor asturiano aprecia la fidelidad del peruano a la novela realista y a sus obsesiones. "Ojalá todos los conservadores fueran como él", dijo a Público.
Para José Manuel Caballero Bonald es un premio "muy certero". Aunque también reconoce no compartir su ideario político, sí afirma que es un autor "de innegables atractivos". "Es una inyección de optimismo. En una tónica de apatía, Vargas Llosa es un ejemplo de gran dinamismo", remató.
El académico José María Merino también tuvo aplausos para el reconocimiento a quien no le queda duda de que es uno de los grandes autores de este siglo. "Él ha creado un realismo del siglo XX: hereda el del siglo XIX, pero implica en él otras perspectivas como las de Faulkner o Proust".
El escritor peruano Santiago Roncagliolo cree que es el último de una estirpe, "de esos autores que se involucran en la realidad y se fascinan con el poder", le recuerda como candidato a la presidencia de su país. "Comprometido con su literatura, lo curioso es que la ideología que él defiende no aparece en sus novelas", cuenta.
Aitana Sánchez-Gijón le recuerda de su aventura en el teatro como una persona con una "creatividad sin fronteras e incansable".
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