Este artículo se publicó hace 16 años.
"Nuestra sociedad está muy aburrida"
Ana Vallés critica la falta de sensibilidad del ser humano en ‘Animales artificiales'
Si para dar una respuesta tardamos tres minutos, la espontaneidad está herida de muerte. Pues eso es lo que sucede con el Messenger y de lo que habla la directora y dramaturga gallega Ana Vallés en su nuevo espectáculo, Animales artificiales, que ahora recala en el teatro Fernán-Gómez de Madrid. No lo duda y pone el dedo en la llaga: el superpoder actual de las tecnologías, motor de lo que alguien llamó una vez "el auge de la ausencia". Ya no nos tocamos, ni nos chillamos. Todo es a través de la pantalla virtual. ¿Dónde quedó la explosión animal
del ser humano?
La directora es una de las voces más innovadoras del teatro contemporáneo. Desde que fundara su compañía Matarile Teatro en Santiago de Compostela allá por 1986, ha ido creando una dramaturgia que nos golpea donde más nos duele, que, en definitiva, nos da un toque de atención. Porque Vallés no se corta: "Hoy nuestra sociedad está muy aburrida. Tenemos de todo y ya no nos peleamos por nada. Ni siquiera luchamos por vivir, sino por el modo en el que queremos vivir. Y, además, creo que el arte está en esa misma situación", afirma. Un poquito de sangre en las venas, por favor, que diría otro.
¡Grita!
Reivindica al máximo la necesidad de mostrar nuestros sentimientos, nuestra pasión, nuestros deseos. Nuestra sensibilidad, al fin y al cabo. Y eso mismo se lo lleva a su teatro dando lugar a una escena
sin artificios. "Yo quiero un teatro que comunique, y que, sobre todo, no sea mentira.
El teatro tiene que ser reducto de un encuentro verdadero", sentencia.
Y que, además, estimule. Porque a ella eso de la trascendencia no le va nada -"no la soporto", reconoce-. Tampoco se detiene mucho en el razonamiento. "El teatro tiene que entrar por los sentidos, no por lo intelectual. Tiene que ser divertido y positivo".
Más sangre, más acción, más carne en el asador, y menos rollo destructivo y depresivo, porque eso, según Vallés, "es siempre lo más fácil de hacer". Ella lo tiene claro: que los ansiolíticos sean para otros.
Los tres pilares del teatro de Ana Vallés
1- Citas
Coetzee y Handke
El teatro de Ana Vallés es muy literario. De hecho, sus dos últimas obras, ‘Animales artificiales’ e ‘Historia natural’ tienen como referencia citas de J. M Coetzee (‘Elisabeth Costello’) y Peter Handke (‘Historia del lápiz’).
2- Acción musical
Danza e instrumentos
Los bailarines y músicos también son pieza fundamental. No sólo de texto vive su dramaturgia. Si en ‘Historia natural’ partía de bailarines como Daniel Abreu y de instrumentos como la tuba, la trompeta y la flauta, en ‘Animales artificiales’ da entrada al contratenor Ramón Vázquez, sin perder la tuba.
3- Sentimientos
Autenticidad y empatía
Ana Vallés mira dentro del espectador para pedirle siempre un poco de acción. Sus últimos montajes, y ya lleva 24, siguen una línea de investigación muy parecida: la pérdida de autenticidad y empatía del ser humano. Una línea interesante.
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