Este artículo se publicó hace 14 años.
La nueva Ortografía deja al rey y al papa minúsculos
Así lo recoge la nueva edición de la Ortografía, presentada hoy
A partir de ahora, quienes escriban "guion" y truhan" con tilde cometerán falta de ortografía. Sí podrá ponerse acento gráfico al adverbio "solo" y a los pronombres demostrativos, según se desprende de la nueva edición de la Ortografía, presentada hoy.
Pierden definitivamente el acento gráfico son los monosílabos con diptongo ortográfico, del tipo de "guion", "truhan", "Sion", "Ruan", "hui" o "riais", aunque haya zonas, como sucede en España, donde se pronuncian con hiato y se perciban como bisílabos. La nueva Ortografía dice con claridad que estas palabras "se escribirán siempre sin tilde".
Además, cargos institucionales, como el rey y el papa, deberán ir siempre en minúscula, sin importar si llevan el nombre detrás. Así, deberá escribirse el rey Juan Carlos, no el Rey Juan Carlos, o "el discurso de Navidad del rey".
La 'ch' y la 'll' se consideran dígrafos y desaparecen oficialmente como letras del alfabeto, una categoría que tenían desde el siglo XIX. Aunque en realidad "su muerte" ya se anunció en la edición del Diccionario académico de 2001, donde no figuraban como tales letras por separado.
La 'ch' y la 'll' dejan de ser letras del alfabeto
También desaparece la tilde en la conjunción disyuntiva "o" entre números, es decir, se escribirá "20 o 30 niños".
Novedad es también que, a partir de ahora, haya que escribir "exnovio", "exministro", "exgeneral". Pero el prefijo "ex" irá separado si la base léxica que le sigue está formada por más de una palabra, como sucede en "ex capitán general".
Para "preservar la coherencia y simplicidad del sistema ortográico", la nueva Ortografía "recomienda" eliminar la letra "q" cuando equivale al fonema "k", y, por tanto, lo conveniente será escribir "cuórum", "cuásar", "Irak" y "Catar".
Esta edición, la primera verdaderamente panhispánica, ha sido elaborada por las 22 Academias de la Lengua Española durante ocho años, es "más científica, coherente y exhaustiva" que la de 1999 y nace con la vocación de ser una "Ortografía para todos" y de servir "a la unidad" del idioma.
La Y podrá seguir llamándose 'i griega'
Algunas de las innovaciones que contenía esta edición se hicieron públicas a principios de noviembre y causaron una gran polémica, entre ellas la decisión de unificar los nombres de las letras del alfabeto y querer llamar "ye" a la "i griega"; "be" a la "be larga", "be alta, "be grande", y "uve" a la "ve corta", "ve chica" o "chiquita", "ve pequeña", entre otros cambios.
Pero, en la redacción final de la Ortografía se ha suavizado la propuesta y ha quedado en una mera "recomendación", que "no implica interferencia en la libertad que tiene cada hablante o cada país de seguir aplicando a las letras los términos que venía usando, algunos de ellos (como la "i griega") con larga tradición de siglos".
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