Este artículo se publicó hace 12 años.
"Olvidaremos esta foto en dos días"
El catalán Samuel Aranda gana el premio World Press Photo
"Muchas veces había pensado cómo sería recibir un premio de estos y resulta que cuando te lo dan, no es tan emocionante como cuando te lo imaginas". Samuel Aranda (Santa Coloma de Gramenet, Barcelona, 1979), ha ganado el World Press Photo, el certamen mundial de fotoperiodismo más importante, por la imagen de un herido abrazado por una mujer con velo en las revueltas de Yemen.
"Lo importante es que, por un par de días, se hablará de Yemen", dice el fotógrafo, convencido, implicado, preocupado. "No nos engañemos, las noticias nos las comemos. Olvidaremos esta foto en dos días". Él no. No olvida a la gente de Yemen, gente del pueblo que lo acogió con gran cariño durante casi tres meses (del 7 de octubre al 23 de diciembre de 2011) y con la que mantiene lazos de amistad: "El lunes vuelvo para allá", comenta por teléfono, desde su casa de Sidi Bousaid (Túnez), donde vive ahora con su novia y va a abrir una galería fotográfica.
El fotógrafo captó la imagen premiada junto a una mezquita que hacía las veces de hospital. Los francotiradores mataron ese día de octubre a diez personas e hirieron a unas 40. "Todo fue muy rápido", recuerda Aranda, que insiste en que lo importante de la foto no es el autor, si no lo que aparece en ella. "Es la mujer, es el herido... es Yemen", comenta.
"Un miedo que te cagas"Tras más de diez años trabajando en los países árabes y cubrir las revoluciones de Túnez, Egipto y Libia, Aranda entró en Yemen en calidad de estudiante. Ese país no concede permisos a fotógrafos si no es "para llevarlos a hacer fotos donde el Gobierno considere". Así que Aranda tuvo que entrar por la puerta de atrás para desarrollar una propuesta que le vendió The New York Times. "Al final me pillaron", recuerda. "Estuve arrestado dos horas pero me trataron con toda amabilidad, me ofrecieron un té, estuvimos hablando de fútbol y pude hacer una llamada, precisamente fue la llamada a un contacto que me valió la libertad".
Ha pasado miedo, claro. Muchas veces. "El que no lo tenga es un irresponsable. Hay veces que te cagas encima de miedo", reconoce abiertamente. Pero su entrada en Yemen no tiene nada que ver con la que hizo en Libia: "Allí entramos [con un redactor] sin visado, de noche y por las montañas". Luego, en primera línea del frente, o de las manifestaciones, los fotoperiodistas trabajan a menudo sin tener información de lo que ocurre. "Cuando cayó Mubarak, vimos que salían tanques del palacio presidencial sin saber qué estaba pasando", dice.
La foto ha sido elegida entre más de 100.000 imágenes captadas por 5.247 fotógrafos de 124 países. Samuel Aranda tampoco olvida ahora sus inicios, en 20 minutos, o cuando, en Sevilla, "hacía fotos del Betis para Público" y poder pagarse su siguiente aventura árabe.
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