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Palabras para entender la nueva película de Alejandro González Iñárritu

Diverso

'Santa Coloma, Badalona, El Raval. En los suburbios se está formando una comunidad vibrante y diversa. Hay gente que no quiere ver esta realidad, pese a que está redefiniendo la sociedad europea. Este ambiente multicultural me pareció un contexto bellísimo para el personaje de Uxbal', ha afirmado el director mexicano sobre algunas de las localizaciones en las que transcurre el filme. Bienvenidos, pues, a la Europa del siglo XXI.

Lineal

Por primera vez en su carrera, el director mexicano abandona las historias cruzadas para contar una trama lineal, sin saltos, en estricto sentido cronológico. Adiós a los tiempos de ‘Amores perros', ‘21 gramos' y ‘Babel', escritas por el también director Guillermo Arriaga, con quién Iñárritu rompió hace tres años. 'Quería explorar otros métodos narrativos. Fue todo un reto narrar de un modo lineal. Ya no tenía dónde esconderme', ha explicado González Iñárritu.

Marginal

La Barcelona que muestra el cineasta mexicano en ‘Biutiful' no sale en las guías turísticas: marginalidad, infraviviendas, pisos patera, talleres clandestinos de inmigrantes, broncas, macarreo, desesperanza, muerte.... Y pobreza, muchísima pobreza. González Iñárritu y Javier Bardem se han cansado de repetirlo por tierra, mar y aire: gustará más o menos, pero esa Barcelona también existe.

Tremendo

El director se jacta de haber filmado una realidad que muchos no quieren ver. Loable. El problema es su manera de contarla. Desbocado y excesivo, Iñárritu tira por la vía del tremendismo desatado. No se detiene a analizar las causas de la marginalidad y el desamparo de sus personajes, sino que busca más bien impactar emocionalmente al espectador. ‘Biutiful' muestra a un director fascinado por la estética de la derrota.

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