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“Una película para contagiar audacia”

El caso de los dueños de un restaurante de la sierra murciana que empezaron grabando vídeos para hacerse publicidad en internet, siguieron con una web serie, saltaron a la televisión local y han aterrizado ahora en el cine. ‘Las aventuras de Moriana’, una película para contagiar

Un instante de la película 'Las aventuras de Moriana'.

BEGOÑA PIÑA

MADRID.- Magdalena S. Blesa, 44 años y tres hijos, recita poesía. David Perea, un autónomo en el mundo del audiovisual. En 2009, en crisis y en paro, decidieron jugárselo todo y abrir un restaurante en la sierra murciana. Dos años después, mes a mes, el negocio se apagaba sin remedio. Se les ocurrió hacer publicidad con unos vídeos, que se convirtieron en una web-serie. Funcionó “¡tanto!” que la emitieron en la televisión local, donde aplastaron todos los récords de audiencia. Unos ingleses de la BBC y The Guardian, y unos americanos de la Radio Pública de Boston, vinieron a hacerles un reportaje. Eso les animó a rodar la película para el cine, Las aventuras de Moriana, “una película para contagiar audacia, porque hay que despertar ¡que estamos muy dormidos!” y que llega ahora a las salas.

Protagonizada por la propia Magdalena S. Blesa, sus hijos, sus padres, su suegra, sus cuñados y sus hermanos, esta pintoresca película cuenta también con la poderosa presencia de Terele Pávez, Enrique Villén, Carolo Ruiz, Geli Albadalejo y Antonio Hidalgo. Una pandilla que reunida resulta bastante estrafalaria, pero que, sorprendentemente, funciona. Lo que parece un despropósito en los primeros minutos se convierte en una anomalía con cierto encanto y, sobre todo, con algunos momentos impagables de humor hilarante.

moriana

'La risa, el mejor antídoto ante la tragedia.

Reírse de lo malo

“No es una comedia porque sí, queremos también que se piense en lo que contamos, porque detrás hay algo amargo”, dice el director y guionista David Perea, que asegura que la historia de la película es la suya propia un poco ‘adornada’. “Nosotros no hemos ocupado la finca en la que tenemos el restaurante, aunque casi, porque lo que tenemos es una opción de compra desde hace mucho y…”

“No queríamos reírnos de un desahucio, pero sí queríamos contarlo de un modo liviano"

Las aventuras de Moriana comienza con un desahucio. La policía echa a la calle a una madre y a sus hijos, que terminan ocupando una casa vacía en la sierra. Ahí comienza todo y ahí se descubre también la primera huella de la comedia, del tono del relato. “No queríamos reírnos de un desahucio, pero sí queríamos contarlo de una forma más liviana. Un desahucio no es una broma, es una cosa muy seria, pero hasta con eso puedes reír”.
“No es verdad que cuando ves una comedia te olvides de las penas, al revés, yo creo que lo que pasa es que te desahogas, te liberas –dice David Perea-. Reírse de lo malo es una forma que quitar lo negativo y de animarte, de pensar que a lo mejor se puede hacer algo”.

"Luchar para generar felicidad"

Producida por los vecinos de Alhama, El Pozo, Melones el Abuelo, Estrella Levante, Patatas Fritas Ancho y Radiotelevisión de la Región de Murcia, la película ha devuelto la confianza a David Perea que “pensaba que no había gente buena en el mundo y con esto me he dado cuenta de que sí la hay. Muchos amigos nos decían que no tenían dinero pero que nos podían ayudar. Hay gente buena, así que sí, merece la pena luchar para generar felicidad y esperanza”.

"Hay que despertar. No hay que quedarse quieto"

Por el momento, David y Magdalena han superado los tiempos de desaliento. “Hay que estar alerta para no dejarse llevar, porque lo que están consiguiendo es que todos estemos en sintonía con esta crisis. Oyes y ves tanta información sobre la crisis que al final te dejas llevar y terminas pensando que todos somos unos desgraciados y que no vamos a ver un rayo de luz hasta que no pasen muchos años. No es verdad. Hay que despertar. No hay que quedarse quieto”.

"El cine no da para tanto"

Y ellos son la mejor prueba de que la acción funciona. La web serie devolvió un poco de vida a su restaurante y ahora esperan seguir creciendo con Las aventuras de Moriana. De ambición artística, no esperan, sin embargo, ni Magdalena Blesa ni David Perea, dedicarse a partir de ahora al cine. “El cine no da para tanto y mucho menos si no tienes una película que sea un taquillazo. Hay que saber que de los siete euros o lo que cueste la entrada, al productor, que en nuestro caso somos nosotros, le llega un euro”.
“Nosotros no hemos hecho la película pensando que ahora nuestro medio de vida será éste. Lo que sí será para siempre si lo mimamos es el restaurante, ese es nuestro mundo. Allí seguiremos asando carne, en la parrilla y Magdalena sirviendo y, de vez en cuando, recitando alguna poesía”.

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