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MÚSICA Miedo y asco en la cabina: las peticiones más marcianas que sufren los DJ al caer la noche

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Eme DJ, durante una de sus sesiones.

MADRID, Actualizado:

Head & Banger

"Hay peticiones grotescas que no pegan con pildorazos punk"

Cuando a Banger le pidieron una canción de Patti Smith de siete minutos de duración, sólo acertó a decir: “Lo siento, me he dejado la heroína en casa”. No cuadraba con el punk anfetamínico que supuraba de los bafles. “Te solicitan cosas rarísimas que no vienen a cuento. Es como si yo voy a un bar de flamenco y le digo que pinchen los Ramones: ¡Oiga, que aquí pinchamos flamenco!”, se justifica Bernardo Díaz, quien trabaja a cuatro manos con Carlos Moral.

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“Suele haber muchas peticiones grotescas, más que nada porque son canciones que no tienen nada que ver con lo que Head & Banger pinchamos habitualmente. Y eso que nos movemos en un espectro muy amplio dentro de lo que nosotros consideramos punk. Cosas progresivas, sinfónicas o alternativas, que no pegan ni con cola con los pildorazos de dos minutos que procuramos enlazar, están completamente vetadas en nuestras maletas”, explica Head.

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Head & Banger son Carlos Moral y Bernardo Díaz (izquierda).

Madrileños de los primeros setenta, han pateado todos los garitos del género que han ensordecido Malasaña, aunque ya han visto cerrar un puñado de ellos a medida que iban cumpliendo años a los platos. Ahora son habituales del Weirdo, Mongo, Madklyn y Rock Palace. “En locales como el Weirdo es más raro que te den la brasa, pero en bares fuera del circuito, en festivales o en la boda de mi primo la gente pide lo que se le pasa por la cabeza”, añade Banger, cuya fobia personal es Nirvana.

Suele haber pesados porque, como dice Bernardo, “nosotros no pinchamos para gente que bebe agua y viene de hacer footing”. En todo caso, en pareja todo resulta más llevadero: “Lo bueno de ser dos es que nos podemos pasar ese tipo de marrones y sortearlos hasta agotar al brasas de turno”, concluye Carlos.

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Esta es una conversación real, aunque tuneada, entre un cliente y el incombustible dúo, que pincha con singles de vinilo y ha amenizado festivales como Fuzzville!!! o Azkena Rock:

Marta Fierro aka Eme DJ. / OCHO Y MEDIO

Eme DJ

"Un tío me escribió tres canciones en un billete de cincuenta euros"

Marta Fierro (Monforte, 1982) tira en sus sesiones de funky, indie y disco. “En una ocasión, un tío me escribió en un billete de cincuenta euros tres peticiones: reguetón, Beyoncé y The Chemical Brothers. No me encajó porque en ese momento estaba pinchando electrónica”, recuerda Eme DJ, a los platos del Café de la Palma y del Ocho y Medio.

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DJ Hulk, nombre de guerra de Sebas Muñoz. / JAIME MARTÍNEZ DEL CERRO

DJ Hulk

"Hay gente que te solicita canciones cuyos títulos ni recuerdan"

Tras diez años en Londres, el argentino DJ Hulk se prodiga en Lavapiés (Olivia Rock and Roll Café y La Noche Boca Arriba) y en Malasaña, donde organiza el Maratón Nocturno de Disc Jockeys (el quinto tendrá lugar el jueves 16 de marzo). “Hay gente sin la más mínima idea que suele pedir cualquier cosa, de Serrat a Helloween”, afirma Sebas Muñoz. Con todo el respeto a Joan Manuel y a los precursores del power metal, se entiende que el contexto es roquero.

Blanca DB. / FOTO: SERGIO ALBERT

Blanca DB

"Es un clásico que te pidan algo que está sonando en ese momento"

Blanca DB (Madrid, 1979) mezcla indie con electrónica y está siempre a la búsqueda de las “joyas perdidas de pop”. Aunque se ha hecho fuerte en el Siroco, ha sido una habitual de El Sótano y Moroder Sound Club. “Lo de las peticiones da para largo... No me molesta en absoluto que me pidan temas, pero se agradece que la gente sea consecuente con la música que suena y, sobre todo, que sea educada. Es un clásico que te pidan algo de un artista o grupo que precisamente está sonando en ese momento o cosas totalmente fuera del estilo de la sesión: léase reguetón, sevillanas y marcianadas varias”, explica Blanca DB (de Déjate Besar, el desaparecido bar de la calle Hermanos Bécquer, donde pinchaba).

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Miguel Balanzategui: Favorita DJ de día, Nancy Reagan de noche.

Favorita DJ (Miguel, teclista de Nancys Rubias)

"Las peticiones están fuera de lugar: un club no es una boda"

Favorita DJ es Miguel Balanzategui (Bilbao, 1975), más conocido por ser la Nancy Reagan de las Nancys Rubias. Pincha pop, aunque le han llegado a exigir que cediese al reguetón. “En Chicote la gente se corta más y en el Marta, Cariño! suele haber más peticiones, pero ya sabes cómo va la gente por la noche. Yo creo que está fuera de lugar, porque un club no es una boda”, cree Favorita DJ. “Recuerdo que en el Cuenca Club unos chavales me estuvieron pidiendo canciones todo el rato, cuando tú ya veías que aquellas peticiones... como que no. Y lo de pedir reguetón, cuando ves que el rollo es otro, no lo entiendo. A mí no se me ocurre pedir canciones, aunque pensándolo bien, en una boda quizás... [risas]”.

Dyana Purple. / FOTO: ABAJOIZQUIERDO.COM

Dyana Purple

“Es increíble, pero cuando pincho rock'n'roll piden mucho reguetón"

Dyana Purple (Madrid, 1982) pincha beat, garage y soul. “De los cincuenta a rock and roll, aunque me han pedido cosas que no pegan con la sesión ni con el sitio donde estás. La gente rara vez traspasa la barrera y está al margen, aunque hay tíos que se vuelven locos con una canción, te empiezan a hablar y al final intentan ligar”, explica Diyana Omary de Céspedes, quien se desentiende de muchas peticiones porque sólo pincha vinilo. “Así resulta fácil: esto es lo que hay y no vale la opción de buscar la canción de turno. Es la mejor excusa del mundo y, encima, real”.

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Adrián LeFreak. / OCHO Y MEDIO

Adrián LeFreak

"Hay quien pide algo para bailar cuando todos ya están bailando"

Adrián López mezcla temas de los Kinks a Daft Punk: “Soy ecléctico, pero sin bandazos ni a lo loco”. Sin embargo, entre el guitarreo indie, confiesa que también le piden reguetón. “Es muy típico que te soliciten algo que remotamente no tienes. A la gente se la suda, aunque es cierto que la mayoría no se acerca por pudor y porque sabe que no procede. Aún así, hay quien lo hace y se equivoca: una canción de The Cure cuando ya está sonando The Cure. Hay gente muy perdida, porque ya ha salido perdida de casa…”, ironiza el DJ de la Sala Maravillas, Tupperware, Madklyn o Corazón.

La Guerrero DJ (Susana en la pila bautismal).

La Guerrero DJ

"Cuando eres una chica, los chicos te escrutan para ver si eres apta"

Susana Guerrero (Barakaldo, 1975) pincha “música para mover las patitas” en locales como Olivia, Mongo y Siroco. Ella lo define como rock’n’roll sexy groove, aunque las peticiones distan de sus filias musicales. “Las hay muy especialitas y extrañas, hasta el límite de pedirme reguetón, cuando yo pincho rock and roll, soul, swing, mambo y surf. Es bueno tirar de hits y temas reconocibles, porque no pinchas para gourmets, sino para gente que ha salido a bailar y pasárselo bien. Lo importante es que se diviertan., pero me llama la atención cuando te preguntan: ¿No puedes pinchar otra cosa? o ¿Vas a pinchar toda la noche? Mi respuesta es Sí, lo que no entiendo es qué estás haciendo aquí. Y no se quedan satisfechos con la explicación, claro”, afirma La Guerrero entre risas.

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“También hay personas respetuosas que, pese a no estar acostumbradas a tu estilo, tienen inquietudes y te agradecen que les despiertes su curiosidad. Aunque pincho con vinilo, si tengo lo que me piden, procuro agradar. Si se acercan con buenas maneras y te sugieren algo dentro del contexto, busco el momento de la noche en que se pueda pinchar su petición”, explica la responsable de Viva Las Vegas Club, templo del rock and burlesque capitalino.

Elena Cabrera, en Experimentaclub.

Elena Cabrera

"La gente solo se atreve a pedir canciones cuando está borracha"

Elena Cabrera (Madrid, 1975) ha pinchado synthwave, darkwave, postpunk y pop electrónico en los locales más reconocidos de la escena capitalina —casi todos ya cerrados—, entre ellos Transmission. En vez de ser entrevistada, prefiere dejar por escrito su experiencia a los platos. Sirvan estas líneas como un tratado urgente de la petición marciana:

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¿Tienes Los Planetas? Claro que sí... ¡Esta vez sí venía preparada! ¡Era una sesión infantil! Le puse ¿Qué puedo hacer? Mientras sonaba, le hacía gestos señalándole los cascos de su cabeza y levantando el pulgar. El niño me miraba sin mostrar ningún gesto de emoción. Cuando acabé la sesión, me acerqué a él y le dije: Eh, que te he puesto Los Planetas. Y él negó muy serio con la cabeza. ¡Cómo que no!, ¡si te he puesto la más famosa!, ¿no la conoces? El niño volvió a negar enérgicamente con la cabeza. El padre estaba a su lado y me sacó del error: lo que el niño me estaba pidiendo era la canción Los planetas de La Buena Vida. Es impresionante el nivel de los hijos de los padres y madres indies.

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