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Pioneras e indomables: cuando la rabia punk se empezó a escribir en femenino 

En el marco del In-Edit, festival de cine documental musical, rescatamos de su programación la historia de las Go-Go's, un tributo a las precursoras de la electrónica y la vida oculta de Vivian Liberto, primera mujer de Johnny Cash.

The Go-Go's
Jane Wiedlin y Belinda Carlisle, miembros de The Go-Go's. — MELANIE NISSEN / SHOWTIME

A principios de los 70 la música pop era lo más parecido a un campo de nabos. El estallido punk supuso para muchas la promesa de un cambio, la posibilidad de romper el consabido techo de cristal a base de decibelios y actitud. Proliferaron, primero desde Nueva York y un poco más tarde desde Gran Bretaña, una generación de bandas en las que la rabia se articulaba, por primera vez, en un estricto femenino plural.

Las primeras en alcanzar la cima fueron The Go-Go's, banda californiana de new wave que en 1982 pusieron la pica en lo más alto de las listas de éxitos. Lo hicieron con temas como We Got The Beat, Our Lips Are Sealed o Vacation, y lo que es más importante, con una alineación compuesta íntegramente por mujeres. El hito, y también su posterior declive, se aborda en el documental The Go-Go's, una de las gemas que se podrán visionar en el marco del In-Edit, festival de cine documental musical.

La cinta, a cargo de la directora Alison Ellwood, refleja el sexismo imperante al que tuvieron que hacer frente tanto antes como después de conocer las mieles del éxito. Un camino que no fue fácil y que transitaron en paralelo al olimpo punk del momento, constituido en su mayoría por hombres. Pese a ser superventas, el quinteto hubo de asumir roles secundarios, teloneando a sus compañeros y enfrentándose a públicos hostiles que les pedían que mostrasen las tetas y se dejasen de conciertos.

La edición de este año del In-Edit, que será exclusivamente digital y tendrá lugar hasta el próximo 8 de noviembre, dedica parte de su programación a mujeres que abrieron la lata, a veces guiadas por la urgencia y el do it yourself como las Go-Go's, y otras con la experimentación y la tecnología por bandera. Para estas últimas va un homenaje en formato documental, Sisters With Transistors, de la realizadora francoamericana Lisa Rovner.

La electrónica antes de la electrónica fue urdida, en parte, por un grupo de mujeres que se recluyó entre pesados cachivaches y los hizo sonar como nunca antes. Hablamos de la proto-electrónica y de cómo aquellas pioneras ayudaron a perfilar el paisaje sonoro del futuro por medio de sintetizadores y ordenadores de primerísima generación. Aquel horizonte, imaginado en laboratorios sónicos del Reino Unido, dejó de pertenecerles en cuando el nuevo género alcanzó cierta popularidad.

Delia Derbyshire, Daphne Oram, Bebe Barron, Pauline Oliveros, Maryanne Amacher o Eliane Radigue, salvo para los muy eruditos, son nombres que dicen nada o muy poco. Sisters With Transistors busca, en ese sentido, subsanar un olvido histórico a través de un montaje hipnótico de material de archivo, las voces en off de las protagonistas, noticiarios, videoarte, cine, danza e imágenes computerizadas. Un recorrido histórico que pretende salvar del ostracismo a una generación de mujeres que trató de hacerse valer en un mundo que reserva los créditos en letra grande a los hombres.

Por último, la vida y milagros de Vivian Liberto, primera mujer de Johnny Cash con la que el músico tuvo cuatro hijas. Una relación que no debió interesar a los responsables del biopic Walk The Line, ya que su figura es obviada alegremente en favor de la de June Carter, su segunda mujer. Ahora, en My darling Vivian, las cuatro hijas restablecen la imagen de la mujer que las crió mientras su padre tenía a bien discurrir por la cuerda floja provisto de capazos de anfetaminas.

Dirigida por Matt Riddlehoover, My Darling Vivian es otra de las citas ineludibles de la presente edición del In-Edit, retrato íntimo de una abnegada ama de casa de origen siciliano a la sombra de los desmanes de Johnny Cash. Una historia hecha de anhelos y olvidos, de turbulencias y gritos pero también de una gran felicidad. Sin la figura esquiva y hasta ahora oculta de Vivian Liberto no se puede entender la vida y la obra de este genio de la música. 

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