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¿Es posible la amistad en la política?

'Dignidad' es una obra de teatro que explora los vínculos fraternales de dos políticos que se conocen desde pequeños. Del 6 al 26 de abril en los teatros del Canal.

La obra se estrena en los teatros del Canal el lunes 6 y estará hasta el 26 de abril.

ALFONSO ÁLVAREZ-DARDET

MADRID.- La política, en ocasiones, suele crear extraños compañeros de cama, alianzas imposibles como la que protagonizan el Partido Popular e Izquierda Unida en Extremadura. La relación entre los máximos dirigentes de ambos partidos, lejos de unirles la amistad, se resume en la conveniencia mutua por mantenerse en el poder. ¿Es posible un vínculo más estrecho entre políticos? “Es algo prácticamente imposible, cualquier tipo de amistad que se tenga, cuando el poder se cruza por medio todo cambia.”. Es la opinión de Juan José Afonso, director de Dignidad, un “drama político” que explora los vínculos fraternales que unen a dos amigos de la infancia y que militan en el mismo partido. La obra se estrena en los teatros del Canal el lunes 6 y estará hasta el próximo 26 de abril.

Ignasi Vidal, autor del libreto y uno de los actores, explica que la función trata “sobre cómo afecta el poder a las personas y especialmente a las que llevan mucho tiempo siendo amigos”. Asegura que no se ha basado en ningún partido en particular, podría ser cualquiera, ni ha pretendido escribir un texto ideológico. Aunque a priori, uno hace recuento de esas amistades truncadas por los entresijos de la política y dos nombres se le vienen a la cabeza: Mariano Rajoy y Luis Bárcenas. Uno de los capítulos más famosos de su amistad es aquel mensaje de texto que escribió en 2012 el presidente del Gobierno al extesorero del PP en pleno escándalo por la supuesta contabilidad B del partido: “Luis, nada es fácil, pero hacemos lo que podemos. Ánimo”.

En la obra, los protagonistas son dos amigos de toda la vida que pertenecen al mismo partido, Dignidad. Uno aspira a convertirse en el próximo presidente del Gobierno, y el otro es su mano derecha. Han llegado muy lejos, han superado innumerables obstáculos y parece que al fin lo han conseguido. Pero, y su amistad, ¿continúa intacta o se ha quedado en el camino? La acción transcurre en el despacho de uno de ellos. Allí los espectadores son testigos de un hecho, que no vamos a desvelar para mantener intacto el misterio, que hace que la amistad entre ellos se tambalee. A partir de una conversación reveladora los dos se enfrentarán a la moral de sus actos.

Para Afonso es solo cuestión de tiempo que dos amigos acaben peleándose cuando hay poder de por medio. Él mismo hizo un acercamiento a la política, en un pequeño pueblo en las Islas Canarias. “Fue una incursión de meses en un partido independiente. Una asociación pequeña para unas elecciones concretas. A ese nivel las puñaladas son tremendas y la ambición desmesurada. Si lo comparamos con los grandes partidos los intereses son mezquinos, migajas”, relata. Después de vivir esa experiencia no quiso volver a saber nada de la política.

En España hemos sido testigos de largas amistades que han acabado en un alejamiento silencioso, para guardar las apariencias, escenificados la mayoría por los dardos envenenados que los protagonistas se lanzan en los medios de comunicación. Felipe González y Alfonso Guerra son un ejemplo de ello o, mas recientemente Manuel Chávez y José Antonio Griñán, ambos ex presidentes de la Junta de Andalucía e imputados por el caso de los ERE fraudulentos. Lo que la política unió, la política separó. Los dos pertenecen al Partido Socialista desde tiempos ancestrales, comparten ideología, militancia y generación. No son pocas las veces que han compartido, además, mesa con sus esposas o han sido compañeros de viaje y correrías. Los buenos tiempos se esfumaron.

Otro ejemplo es el que protagonizan Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Juan Carlos Monedero, tres de los fundadores de Podemos. Comparten amistad desde sus tiempos de profesores en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense y juntos se embarcaron en proyectos audiovisuales como el programa de entrevistas La Tuerka. Ahora, reconvertidos en políticos, se encuentran en el foco de los medios de comunicación y los demás partidos harán cualquier cosa para desacreditarlos. Muchos son los que esperan que se destapen casos de corrupción en los que estén implicados, como ha ocurrido recientemente con Monedero y Errejón. ¿Destruirá la política esta amistad o se mantendrá en el tiempo? Si hacemos caso a ese mantra tan manido que dice que “el poder corrompe”, es solo cuestión de tiempo que las fisuras comiencen a ser apreciables.

Para dirigir este texto, Afonso se ha basado en su propia definición de amistad: “Es un vínculo inquebrantable que se establece entre dos personas, una creencia, una fe que surge o no surge. Debe haber admiración y desear lo mejor para el otro”. Precisamente es el incumplimiento de este pacto el que desencadena el motor de la historia. “Un conflicto que pareciendo tan tangencial termina siendo vital en la obra”, asegura el director.

La acción se desarrolla en un mismo espacio, el despacho de uno de los amigos. La escenografía es muy simple, una mesa y varias sillas, dejando el peso de la función en la interpretación de los actores. No se necesita más para desarrollar esta ficción, los protagonistas desnudan sus emociones ante el espectador, como si de una pelea de enamorados se tratase. Esta es una función que utiliza la política para describir el proceso de desintegración de la amistad, una actividad que pone a prueba la escala de valores de los que la desarrollan. Es una obra sobre política, pero sobre todo habla de amistad, de decepción y de moral.

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