Público
Público

Cuando los premios no surgen de las quinielas

Paula Corroto

Ian McEwan o Lloyd Jones, rumiaba la prensa inglesa desde el mes de agosto. Al final ninguno. Ayer la ganadora del Man Booker Prize fue la irlandesa Anne Enright. No contaba para nadie, excepto para el jurado.

Hace dos semanas se fallaba también el Buchpreis, el galardón más prestigioso de las letras alemanas. Y tampoco se lo llevó ningún tótem germánico, sino una joven procedente de la Generación Golf (denominación alemana para los nacidos en los setenta): Julia Franck. Otra escritora que no entraba en ninguna quiniela.

‘Long' y ‘short list'
¿Qué sistema se utiliza en estos premios para que conserven ese halo de prestigio casi perdido en los premios españoles? Una de las razones es el jurado. El del premio inglés está presidido por el director de la London School of Economics and Political Science. Una garantía.

Por otro lado, tanto en el Reino Unido como Alemania existe lo que se llama ‘long list' y ‘short list', dos listas de nombres elegidos por el jurado de los que saldrá el ganador. Saltan a la prensa dos meses antes de la concesión del premio y, al ser novelas ya publicadas, cualquiera puede hacer su propia crítica. El factor mediático tiene así mucho menos que hacer.

Ahora bien, estos premios no están exentos de tejemanejes. Un ejemplo: el nuevo Man Booker pertenece a Random House. Una más.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?