Huyghe posa ante el resultado final de su obra. EFE

¡Qué bonito es el jardín que han instalado en el Palacio de Cristal del Parque del Retiro de Madrid! Hay cerezos en flor, un pino, una palmera, calabazas, bambúes y otras muchas flores, plantas y árboles. Pero no se trata de un jardín o de un huerto normal y corriente hecho para ser bonito. Es una obra de arte, sí. Y su autor, Pierre Huyghe (París, 1962), tiene claro su objetivo: 'Se trata de contemplar cómo se pudren todas estas plantas, lo mismo quiero que se pudran todas esas falsas fiestas puramente consumistas'.

La instalación La estación de las fiestas -encargada por el Museo Reina Sofía y que podrá verse hasta el próximo 31 de mayo- se mira como si fuera un reloj o un calendario: el artista francés colocó las plantas y flores características de las épocas del año y vinculadas a fiestas y celebraciones como la Navidad, San Valentín o Halloween. El resultado es una sorprendente mezcla de plantas de todo el mundo.

Lo más llamativo es que sea una obra de arte. Cuesta, a primera vista, entenderla. No hay que dejarse llevar por el buen olor del momento; Huyghe no invita a un paseo romántico, sino a una dura reflexión sobre el sentido de nuestras costumbres más enraizadas. 'Es un ramo de cumpleaños nocivo, porque se regala siempre el mismo en una fecha determinada. Pretendo transmitir algo más dramático: la regulación del tiempo que controla la sociedad, desde el invento del capitalismo', explica el artista.

La belleza del momento es, según concluye el espectador, un engaño. 'No tengo miedo a los días que pasan, sino a la obligación de celebrar fiestas. ¿A quién se le ocurriría pasar de la Navidad?', se pregunta Huyghe, 'pero el problema es que la economía ha inflado estas fiestas y se convierten en una mercancía'. Hasta ahí nada nuevo; un discurso ya repetido por los grupos antiglobalización. El artista añade una pincelada de poesía: 'Me recuerda a Las flores del Mal, de Charles Baudelaire'.

El jardín, claro, será cuidado y regarán las plantas, aunque Huyghe no pretende que su obra aguante, sino todo lo contrario: 'La diversidad geográfica de las plantas muestra que las celebraciones se corrompen. Vivimos en un mundo globalizado y por eso quiero que las plantas también se corrompan, se mezclen.'. Y añade: 'Mi objetivo es que el jardín cambie hasta que se pudra. Va a morir'. No hay que perder de vista la rosa verde: 'Cada año, cuando la rosa florezca, nos acordaremos de esta muestra, de este momento. Esta rosa verde simboliza la corrupción que existe entre todas estas celebraciones'.

Ya se oyen las críticas contra el Ayuntamiento de Madrid por no cuidar las plantas del Retiro, pero que el espectador lo tenga claro: si quiere ver flores, que no entre en el Palacio de Cristal. 'Esta obra es como vivir una dramática danza sin fin. Es una ordenación del tiempo marcada por el capitalismo', según Pierre Huyghe, uno de los artistas franceses con más prestigio internacional. Sin embargo, resulta imposible olvidar que las plantas vienen de Bourguignon, la floristería más cara de la capital.