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A propósito de Gramsci

Gramsci vs. Mussolini

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El pensador sardo Antonio Gramsci.

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Doble reto el que, en su día, hubo de afrontar Giuseppe Fiori, autor de Antonio Gramsci. Vida de un revolucionario, biografía del pensador sardo publicada originariamente en 1966 y que ahora recupera la editorial Capitán Swing. Por un lado, desentrañar cómo un muerto de hambre menudo y giboso llega a convertirse en uno de los revolucionarios más brillantes en la historia del socialismo. Por otro, el de biografiar una vida cuya obra aparece diseminada en un sinfín de cuadernos, manuscritos y publicaciones periodísticas.

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Su salud quebradiza y la delicada situación económica  de la familia son su estigma pero también el acicate de una voluntad extraordinaria

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Enfermizo casi desde su nacimiento, la vida de Nino Gramsci no tardó en truncarse. Un bulto en su espalda, pequeño como una nuez, condicionó su infancia y le convirtió en un niño retraído y solitario. Su salud quebradiza —padece una tuberculosis de la columna— y la delicada situación económica en la que quedan los Gramsci tras el injusto encarcelamiento del patriarca por unas rencillas políticas entre terratenientes de la isla, son su estigma pero también el acicate de una voluntad verdaderamente extraordinaria. “Durante ocho meses —confiesa Gramsci pasado el tiempo— hice una sola comida al día y llegué al final del tercer año de instituto en condiciones de grave desnutrición”.

Ed. Capitán Swing

Como recuerda Palmiro Togliatti, compañero de instituto del joven Gramsci, “cuando Nino vino de Cerdeña, ya era socialista. Quizá lo era más por el instinto de rebelión del sardo y por el humanitarismo del joven intelectual de provincias que por la posesión de un sistema de pensamiento completo”. Será durante aquellos años de formación precisamente cuando el carácter huraño de Gramsci se torna algo más apacible. Como rememorará años atrás y con cierta afectación, el fervor juvenil y su creciente politización hicieron el resto: “[…] con los ánimos exaltados todavía por la pasión, continuábamos nuestras discusiones intercalando en ellas expresiones feroces, carcajadas, galopadas en el reino del imposible y del sueño”.

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Y cómo no, el amor. Nino conoce en Rusia al que sería el amor de su vida, Julia Schucht. Un sentimiento que no sólo humanizó al teórico, sino que terminó por reconciliarle con el mundo. Todo ello sin perder de ojo la revolución, verdadera pasión de Gramsci. “Hoy quiero ser fuerte como nunca lo he querido, porque quiero ser feliz por tu amor y esta voluntad se refleja en toda mi actividad. Pienso que, cuando vivamos juntos, seremos invencibles y encontraremos el medio de derrotar incluso al fascismo”. Duras declaraciones.

Gramsci vs. Mussolini

El careo que el sardo mantiene con Mussolini por primera vez en la sala del Montecitorio, y que se salda con un contundente zasca del sardo, es otra de las joyas de esta biografía y, tristemente, el principio del fin de Gramsci tras la subsecuente victoria del fascismo y su encarcelamiento como preso político. Ahí va un fragmento:

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