Harto del cinismo, los antihéroes y la oscuridad del cine actual, el director catalán Pau Freixás se puso hace cuatro años manos a la obra para intentar no cambiar el rumbo, pero sí lanzar un mensaje diferente. Tenía su propia respuesta a estas tendencias 'rebuscadas' que el séptimo arte ha adoptado, explicó Freixás a Público. 'Quiero vender la moto de mi filosofía, se puede ser inocente y creer en la magia porque es el único camino a la felicidad', dijo convencido el cineasta.

El resultado es una película que suena a Forever Young de Bob Dylan y sabe a algodón de azúcar después de montarse en la montaña rusa. El pequeño hueco de Freixás en el cine nacional lo ha utilizado, 'deforma egoísta', para contar su historia en Héroes: 'Una proyeccióndirecta de mis recuerdos: los veranos de los ochenta. Sin dejar de mostrar una época (primeros divorcios, el padrastro...) que me apetecía contar porque lo viví en primera persona y que se ha contado tal cual me pasaron, he intentado recuperar una filosofía de inocencia y nostalgia en un momento en el que el cinismo tiene mucho peso'.

El recuerdo de un particular mundo de magia, los amigos, los primeros amores y la infancia lejana en la memoria azotan la realidad del protagonista, interpretado por Alex Brendemühl, gracias al encuentro con una curiosa chica, Eva Santolaria, durante un viaje hacia una importante reunión de negocios.

De corte clásico, difícilmente los que la vean no recordarán Verano azul o Mi Chica, gran parte del filme relata el mejor verano de la vida de una pandilla de amigos en un pueblo costero. Freixás no ha reparado en guiños a grandes películas de la época como ET, Los Goonies o Cuenta conmigo, filmes que marcaron su propia infancia:'Cogimos cosas de aquí y de allá, pero sin revisitar, desde el recuerdo para que quedase todo muy natural'. El director, que ha escrito parte del guión junto a Albert Espinosa, se reconoce en el personaje de Xavi, 'me acojoné con mi primer beso como le pasa al protagonista, entre otras cosas de la vida del niño que se relatan en la película'.

¿Una película de niños para adultos? 'Echo de menos que la ingenuidado la inocencia no signifique ser tontos y que sean valores con los quese pueda ir por la vida sin que te machaquen. La vida ya se ocupa de quitarnos esa ingenuidad, por eso la peli reivindica que como niños sítenemos que tenerla y los adultos, en los ratitos en los que podamos, recuperar al niño que fuimos', explica el director.

Pero la generación que ha retratado Freixás en su pequeño relato de infancia es diferentea la que se dirige ¿o no?. 'Trabajando con ellos me he dado cuenta deque si les quitas los elementos que los distorsionan todo el día (móvil, facebook...) son idénticos a como éramos nosotros'. Pau Freixás convencido de que había hecho una película para él y para sus amigos, se sorprendió por la calurosa acogida de los festivales de Málaga (Premio del Público) y Sitges, 'me he dado cuenta de que le sirve a toda una generación'. Ha creado, parece que sin quererlo, una dulce anestesia contra la realidad adulta, estresante y exigente en la que nos movemos. Un canto positivo hacia la nostalgia es como la define el director. Sin miedo a la cursilería o la ñoñez, Freixás ha optado por la valentía y no se ha privado de nada: 'soy así, si alguna vez alguien me pregunta cómo soy le diré que vea Héroes'.