Colorida, nutritiva y llena de contrastes, la ensalada de calabacín asado con frijoles negros y maíz es un plato especial. Combina la fuerza de los primeros platos de cuchara del invierno con la suavidad y frescura de las preparaciones veraniegas. Consiste en asar los calabacines al horno y servirlos con una vinagreta, acompañados de frijoles negros (o alubias blancas) y maíz en conserva.

Los frijoles negros puedes comprarlos perfectamente ya cocidos en bote para esta preparación. El calabacín puede asarse con especias, si buscas un toque más exótico, por ejemplo con cúrcuma y comino. Aunque la vinagreta es al gusto, siempre es recomendable incluir un toque cítrico o ácido que contraste con la suavidad y la textura mantecosa de las alubias.

Servida sobre una base de hojas verdes y aderezada con una vinagreta cítrica o un aliño de lima y cilantro, esta ensalada no solo es ligera y saludable, sino también muy saciante. Ideal como plato único en días cálidos.

Asa el calabacín

Lava y corta los calabacines en rodajas.

Pincélalos con un poco de aceite de oliva y salpimienta.

Ásalos en una sartén, plancha o al horno a 200 grados durante 12–15 minutos, dándoles la vuelta a la mitad, hasta que estén tiernos y ligeramente dorados.

Escurre y enjuaga bien los frijoles negros.

Si usas maíz fresco, cuécelo o ásalo.

Corta la cebolla morada.

Prepara el aliño y la ensalada

Mezcla en un bol el aceite, zumo de lima, vinagre, ajo, cilantro, comino, sal y pimienta.

Bate bien con un tenedor hasta emulsionar.

Coloca las hojas verdes como base en una ensaladera o fuente amplia.

Añade el calabacín asado, los frijoles negros, el maíz, la cebolla morada y el pimiento.

Vierte el aliño por encima y mezcla suavemente para que todo se impregne.

Ralla por encima un poco de queso parmesano o al gusto