Este artículo se publicó hace 13 años.
Regresa el último exiliado, con más de 50 años de retraso
El gran exiliado de los archivos de la memoria de España regresa al lugar en el que nació
Ha pasado más de medio siglo y el gran exiliado de los archivos de la memoria de España regresa al lugar en el que nació. Mañana, la nieta del exjefe de Gobierno de la República, Carmen Negrín, entregará una copia de los archivos de su abuelo Juan Negrín al Ministerio de Cultura, para que lo deposite en el Centro Documental de la Memoria Histórica, en Salamanca. Las otras copias de los casi 300.000 fotogramas, cerca de 40.000 legajos, planos de batalla, cartas, etc. quedarán una en manos del Gobierno francés, otra en el poder de la familia, y los originales en el archivo de la Fundación Juan Negrín, con sede en Las Palmas de Gran Canaria.
Después de casi diez años de negociaciones con los herederos, ha llegado el acuerdo de devolución de "un archivo privado español bajo derecho francés", al que muchos califican como el más buscado por Francisco Franco. Una memoria que ha logrado sobrevivir a la Gestapo, en la Francia ocupada. De hecho, la propia repartió los originales en un sótano, un piso y un ático de París.
Después del Guernica, este regreso significa el final de un exilio de los más sonados y dolorosos. Sólo quedará bajo la custodia de la familia un mínimo número de cartas muy personales, que Carmen Negrín ha preferido preservar de la mirada pública.
Un secreto bien guardadoEstos documentos clave han sido revisados por muy pocos historiadores (Preston, Moradiellos y, sobre todo, Ángel Viñas), para consultar, por ejemplo, las cuentas relativas al oro de Moscú.
Carmen Negrín, que recibió a Público, hace ahora un año, en el piso parisino que fuera residencia en el exilio del exjefe de Gobierno entre 1947 y su fallecimiento en 1956, insistía: "No soy historiadora, ni pretendo serlo", por lo que no evalúa documentos, pero recuerda varias de las cartas conservadas a las que ha echado un vistazo. "Hay toda una parte que es la correspondencia oficial entre ministerios, pero también sobre la vida cotidiana de la guerra. Cartas de niños, de madres, de soldados", dice. "He visto una de un niño, diciendo a Juan Negrín que sus padres han muerto. Una madre, que busca a su hijo soldado desaparecido". La historia se hace pública.
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