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El regreso salvaje de las Pin-ups de cuero negro

ALEX CARRASCO

Vuelve el sonido de los cincuenta, sí; aunque no regresa solo: la moda le acompaña resucitando el poderoso erotismo de las Pin-ups. Lejos de ser otro revival palabra convertida en el pan nuestro de cada día desde que en los noventa todos los estilos del siglo XX fuesen exprimidos y condensados por las grandes casas de moda, en esta ocasión se trata de un cambio radical a la hora de entender y enfocar la sexualidad femenina.

Al terminar el milenio, Tom Ford, Galliano, Versace o el fotógrafo Terry Richardson impusieron un lujo tan sofisticado como libidinoso, lascivo y pornográfico, que fue reconocido como un nuevo estilo, el porno chic. Ahora parece que las tornas han cambiado, que los diseños de Galliano han sido tocados por la mano del bromuro y la mansedumbre, pero no nos precipitemos...

Su última colección rescata todo el glamour del New Look de Christian Dior, pero sólo de cintura para arriba, porque el hemisferio sur deja al descubierto panties, ligueros y braguitas de la mejor factura. La lencería de alta gama vive en la actualidad una nueva era, la de los cincuenta, reduciendo a cenizas el sexo puro y duro, para abrazar la voluptuosidad y sensualidad de la mujer del presente.

La firma británica Agent Provocateur, la misma que en sus escaparates exhibe dominatrices de aire retro blandiendo fustas de cuero, fue la impulsora de una tendencia que se ha extendido como la pólvora por todo el mundo, ofreciendo no sólo eróticas prendas íntimas, sino también juguetes sexuales, literatura horizontal, pociones amatorias...

Los mismos fetiches que ahora, gracias a la tienda Le Boudoir, en el madrileño barrio de Chueca, encontramos dentro de nuestro radio de acción: 'La sexualidad femenina está cambiando, ahora es más libre, tienen menos prejuicios y están dispuestas a arriesgar más, pero desean un entorno alejado de la vulgaridad de los sex-shops, por eso nosotros hemos querido rescatar la elegancia de los años cincuenta en nuestro local', comentan sus responsables.

La célebre diseñadora Sonia Rykiel siempre tuvo claro este ideal, tanto que desde hace varias temporadas, precisamente para romper con la dinámica de una sexualidad femenina entendida desde la óptica y la dominación masculina, y de nuevo bajo el paraguas de los cincuenta, ha lanzado una línea de sex toys que aumentan el onanismo de las chicas y pone en serio peligro de extinción la figura del macho. Los tiempos de conejita Play Boy han terminado, la moda toma a Betty Page como nuevo icono sexual y a los vestidos de cuero de Etxar & Panno como nuevo uniforme para la liberación.

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