MADRID.-Resulta casi imposible leer los microrrelatos de este periodista, Barcia, sin evocar las palabras del añorado José Luis Sampedro sobre el poder del miedo. “Es una de las fuerzas más importantes que motivan al hombre”, nos dejó dicho el profesor en una entrevista con Jordi Évole. Un sentimiento “mucho más fuerte, desgraciadamente, que el altruismo, que el amor”, explicaba Sampedro para hacer ver su efecto paralizante.

Barcia rescata experiencias de humildes personajes que, quizás como consecuencia de su debilidad, encuentran la manera de plantar cara al estigma del miedo. Niños, niñas, mujeres, hijas e hijos de la guerra, de la pobreza, del hambre o de la estúpida violencia patriarcal, que saben recurrir a veces a cierta magia y a la naturaleza para combatir el terror.

Relatos ingenuos, sencillos y a la vez profundos sobre las “exageraciones” que la realidad nos pone ante los ojos, sobre la niña que llora y recibe bofetadas para que deje de llorar, el niño que miraba películas del oeste y siempre iba a favor de los indios, el que no jugaba a nada porque todo le daba miedo, la pequeña astronauta que comparaba a su madre con una estrella y a su padre con un cometa... Sobre la sal de la vida y los mares llenos de lágrimas, la muerte ocasionada por la explotación laboral infantil.

Historias como las de tantos niños que se mearon en el colegio ante sus compañeros por no atreverse a pedir permiso para ir al lavabo. Textos breves y a menudo muy tristes, pero con la clara voluntad de transmitir esperanza y la alegría que acompaña la voluntad de resistencia.

Barcia, que ahora vive en Cádiz, pretende compartir sus relatos con lecturas a corta distancia, este domingo, 27 de diciembre, a las 19:00 h, en un espacio de Lavapiés, que considera la casa de “su gente en Madrid”: Ecooo. Calle Escuadra, 11.