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Rennó bucea en la amnesia de la fotografia

La artista brasileña presenta hasta el 29 de mayo la muestra Fiebre, basura y poesía, en La Fábrica Galería de Madrid

GUILLAUME FOURMONT

Una fotógrafa no tiene por qué sacar fotografías. Una fotógrafa que quiere mirar hacia el pasado no tiene por qué recordarse. La artista brasileña Rosângela Rennó (Belo Horizonte, 1962) confiesa que se olvida siempre de casi todo y que tampoco necesita una cámara para sacar instantáneas. Este planteamiento es un poco curioso, aunque de eso trata la exposición Fiebre, basura y poesía, que Rennó presenta en La Fábrica Galería de Madrid hasta el 29 de mayo. En las obras que muestra, la brasileña bucea en la amnesia de la fotografía.

'La memoria no me interesa tanto, trabajo más sobre la amnesia', asegura Rennó, 'porque cuando recordamos, creemos que lo reconocemos todo, pero hay imprecisiones, incluso en el proceso mismo de la fotografía'. Para entender lo que dice, hay que hojear 2005-510117385-5, una obra en forma de libro que no muestra ninguna imagen: Rennó sólo presenta el reverso de fotografías robadas de la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro y que fueron recuperadas en muy mal estado. 'Este libro remite a la idea de amnesia, de borrar la imagen de la memoria, del patrimonio histórico y cultural', explica la artista. En otras palabras, hay que ver lo que la obra no muestra.

La fotógrafa se apropió del trabajo de otros para componer obras

La exposición fue inaugurada el pasado jueves, el día que el Tribunal Supremo decidió llevar al banquillo al juez Baltasar Garzón por pretender investigar los crímenes del franquismo. Al enterarse, Rennó reitera que 'borrar las informaciones de la memoria también se hace de manera intencional. Las amnesias históricas son terribles. En Brasil también resulta muy difícil buscar a los desaparecidos de la dictadura militar'. Y cita a Funes el memorioso, el cuento de Jorge Luis Borges: 'El protagonista es capaz de acordarse de todo, aunque no recuerda cómo vivió los días, sino cómo los vio pasar'.

La fotógrafa brasileña relaciona la memoria con la instantaneidad de un momento y sus paradojas en una serie de fotografías de remolinos. 'Son fenómenos muy difíciles de sacar con una cámara porque no se sabe cuándo ni dónde ocurrirán', según Rennó.

«La saturación de fotos hace que te pierdas. Es como un proceso de borrar»

Las imágenes fueron tomadas en la región brasileña de Minas Gerais, en una zona muy seca y donde el calor arrasa y quema toda vegetación. Los remolinos son 'metáforas de lo instantáneo, alimentan creencias populares'. Pero lo que también llama la atención de esas imágenes es que Rennó no es la autora; la artista se apropió del trabajo de fotoperiodistas: 'No es necesario sacar fotografías si hay gente que lo hace mucho mejor que yo'.

Suena a oportunismo, aunque Rennó ve su trabajo como una reflexión sobre la autoría de una obra: 'Hay que pensar en la apropiación de imágenes y del copyright de trabajos anónimos. Para esta serie de fotografías, conozco a los fotógrafos y pasamos un acuerdo, pero también llevo mucho tiempo coleccionando instantáneas antiguas, de periódicos...'. La acumulación es precisamente el tema de otra obra que expone en la muestra.

Materia de Poesía (para Manoel de Barros) presenta tres series de diapositivas que Rosângela Rennó mezcló y reveló superponiendo las imágenes. El resultado es 21 imágenes que apenas se entienden. El espectador no sabe lo que ve y sólo vislumbra personas, formas, objetos sin relación entre ellos. 'Hay tanta acumulación que no puedes ver nada. La saturación hace que te pierdas. Es como un proceso de borrar', dice la artista. De ahí la importancia de recordar, de la memoria.

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