Este artículo se publicó hace 3 años.
Los secretos de Palomares, algo más que el baño de Fraga tras el accidente nuclear
Una serie reconstruye por primera vez, en clave de thriller, lo que ocurrió las jornadas siguientes a la emergencia nuclear. En concreto, los 80 días de búsqueda que movilizaron a 1.600 soldados americanos en una pedanía de Almería.
Madrid-Actualizado a
De pensarlo, sobrecoge. La onda expansiva habría devastado buena parte del sureste del país e incluso se habría sentido en Madrid. Ocurrió hace 55 años, el 7 de enero de 1966, dos aeronaves de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos colisionan en pleno vuelo durante una maniobra de reabastecimiento de combustible y uno de ellos deja caer en las aguas y proximidades de Palomares, provincia de Almería, cuatro bombas termonucleares con capacidad para provocar la mayor explosión atómica de la historia de la humanidad.
Para acercarnos a la magnitud de lo que podría haber sucedido piensen que aquellas bombas eran 75 veces más destructivas que las de Hiroshima. La cuenta atrás estaba echada. Washington activa todos sus protocolos ante un accidente nuclear. En El Pardo, Franco recibe estupefacto la noticia. Se pone en marcha un secretísimo dispositivo de búsqueda de los cuatro artefactos.
Palomares. Días de playa y plutonio, nueva serie documental original de Movistar+ que se estrena este jueves, reconstruye por primera vez, en clave de thriller y en cuatro capítulos, lo que ocurrió las jornadas siguientes, en concreto los 80 días de búsqueda que sucedieron a aquel día de enero. La serie ahonda en todo lo que pasó aquellos días, lo que se vio y lo que no. No solo aquellas famosas imágenes propagandísticas del por aquel entonces ministro de Turismo de régimen franquista, Manuel Fraga, bañándose en las playas de Palomares dos meses después del accidente, como gesto de tranquilidad para intentar demostrar que aquellas aguas no estaban contaminadas.
"No había apenas información, estábamos en medio de la Guerra Fría y en medio de la dictadura, incluso los soldados del Ejército norteamericano no sabían muy bien a qué se enfrentaban", explica Álvaro Ron, director del documental.
Un serie que cuenta por primera vez con material e información que tanto el gobierno norteamericano como el español mantenían como clasificado. Las investigaciones efectuadas por Rafael Moreno Izquierdo, que fue corresponsal de EFE en EEUU y autor del libro Los secretos de la bomba de Palomares, han permitido sacar a la luz detalles y documentos desconocidos hasta la fecha que han conformado la base documental del proyecto.
Y junto a los informes desclasificados, la piel. Aquellos que vivieron de primera mano un episodio único en nuestra historia, los sin nombre cuya cotidianidad se vio removida durante semanas. "Tenía el peso y la responsabilidad de contar bien esta historia, de ser rigurosos, de ser justos, de cuidar al pueblo de Palomares que nos ha abierto su corazón y ha querido compartir de nuevo la historia con nosotros".
El desembarco dejó a más de uno estupefacto. Imaginen a 1.600 soldados del Ejército americano aterrizando en Palomares para deshacerse del material radiactivo esparcido por dos de las cuatro bombas −una es localizada intacta y de la cuarta en discordia ni rastro. Imaginen a todo aquél personal rastreando la zona ante la atónita mirada de los lugareños de una pedanía de poco más de 1.000 habitantes, sin apenas luz eléctrica ni agua corriente.
"Mi labor ha consistido en escucharles, en darles voz y dejar que sean ellos y su relato lo que construya la historia, ellos han marcado el guion, el resto ha sido edición", explica Ron. La voz de un pueblo que pudo ser barrido en un instante y que durante casi tres meses fue literalmente tomado por fuerzas externas, protagonistas de la Historia sin pretenderlo.
Palomares. Días de playa y plutonio sacará a la luz materiales inéditos hasta la fecha (como las entrevistas a Larry Messinger, piloto del B-52 accidentado que cargaba las cuatro bombas o a Marvin McCamis, el piloto del submarino que encontró la bomba perdida), pero también mostrará las surrealistas situaciones que produjo la convivencia de estos dos mundos tan dispares y el secretismo del régimen al respecto.
"No pretendemos hacer un juicio ventajista desde el presente de algo que sucedió en el pasado –matiza Ron–, somos conscientes del contexto en el que sucedieron los hechos y de que los protagonistas no sabían que muchas de sus comunicaciones terminarían saliendo a la luz".
Los momentos más importantes de la serie serán recreados con actores y extras de Almería e incluso del mismo Palomares, que gracias a los citados materiales desclasificados podrán reproducir las palabras textuales y los diálogos de los protagonistas de este infausto episodio de nuestra historia reciente.
Un episodio y una serie que remite, salvando las distancias, a uno de los fenómenos de los últimos años, a saber; la multipremiada Chernóbil. En palabras de Ron, y obviando la diferencia de presupuestos, el paralelismo pasa, precisamente, por esos protagonistas improvisados de la Historia: "De repente, hay un grupo de personas a las que les sucede algo que no esperan y que les afecta para siempre, gente normal como tú y como yo que de un día para otro su vida se ve atravesada por el tema de la radiación".
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