Para meter miedo de verdad no hacen falta máscaras hechas con carne humana, sierras mecánicas o un ejército de zombis sedientos de sangre, basta con una familia común y corriente, una casa a oscuras y una cámara de vídeo que grabe cómo una invisible presencia diabólica convierte en un infierno su plácida existencia. Paranormal Activity 2, la secuela del filme independiente que se convirtió en la película revelación del año pasado, ha despuntado como el estreno del género de terror más taquillero de todos los tiempos en EEUU.

En su primer fin de semana ha conseguido recaudar 41,5 millones de dólares, batiendo por más de un millón el anterior récord, que hasta ahora estaba en posesión de Viernes 13 (2009).

Paramount Pictures decidió mantener en secreto Paranormal Activity 2 hasta su lanzamiento, casi por sorpresa, el pasado fin de semana en EEUU. Sin publicidad, de nuevo las redes sociales han logrado otro éxito, con un filme que calca la fórmula de su predecesora.

Con un presupuesto algo más holgado, 3 millones de dólares, el semidesconocido director Tod Williams sitúa la acción en los días previos a los sucesos fantasmagóricos relatados en la primera parte: después de mudarse a un típico barrio residencial, una joven pareja comienza a sentir ruidos extraños y decide dejar una cámara filmando por la noche, para captar esa extraña presencia.

“Aún a riesgo de parecer aburridos, preferimos hacer una película realista que una más terrorífica pero irreal”, asegura Williams, que ya rompió el maleficio de las segundas partes iniciado con El proyecto de la bruja de Blair. Además, ha conseguido otro hito sin precedentes en el género: por primera vez la mayor parte de los espectadores que llenaron las salas eran mujeres.

Por si fuera poco, la crítica ha respaldado la cinta. Los expertos de la web Rotten Tomatoes le otorgaron una calificación de 68%, por encima de Hereafter, la última aventura cinematográfica de Clint Eastwood. Con semejante éxito, el equipo de la película ya piensa en la tercera parte.