Público
Público

El Thyssen se abandona a la imagen de marca

El fotógrafo de moda Mario Testino presenta desnudos y famosas en 'Todo o nada'

PEIO H. RIAÑO

Es curioso que una de las exposiciones menos interesantes del año haya levantado expectativas como la que más. Hasta ayer la propuesta era insólita: el Museo Thyssen-Bornemisza abría sus espacios a la fotografía de moda, con un fenómeno único en la creación de imágenes de marca: Mario Testino. Mario el mago ha hecho maravillas con Gucci, Versace, Burberry o Dolce & Gabbana. También con Lancôme, patrocinador de la muestra que trajo el propio Testino bajo el brazo: 'Conseguir que alguien te pague tus ideas es increíble', dijo ayer. Y fue recibido con la mejor de las sonrisas en los aciagos días en los que el arte por sí, parece no vender.

La fotografía que hasta ahora había pisado los mismos suelos donde se guarda una de las colecciones más importantes de pintura desde los primitivos flamencos hasta fin de siglo XX era la de artistas a los que 'no conocía nadie', como aseguró a este periódico Guillermo Solana, el director artístico del museo. Se refería a las exposiciones de PHotoEspaña dedicadas al fotógrafo alemán Florian Maier-Aichen, a la norteamericana Lynn Davis y al coreano Bae Bien-U. Se suma de esta manera a otro espacio expositivo que ya ha probado las mieles del éxito con fotógrafos que sí conoce todo el mundo como Annie Leibovitz, Juergen Teller y, dentro de unos días, Guy Bourdin.

Solana se excusa al decir que 'un museo debe ofrecer variedad'

Hay que recordar las 'profundas raíces de la fotografía de moda en la tradición de la pintura occidental', explica el propio Solana en el catálogo de la exposición Todo o nada quitando grasa a la sorpresa y legitimando este hecho inaudito. Para el director artístico, el retrato cortesano del Renacimiento y del Barroco, 'con sus actitudes teatrales, su riqueza de vestuario, sus decorados grandiosos', es poco menos que la referencia clave de los fotógrafos de moda, aunque esto no aparezca en ninguna de las 54 instantáneas (ni en las intenciones) de Testino.

Solana presentó ayer a Testino como un 'apasionado conocedor y coleccionista de arte contemporáneo', y el fotógrafo puntualizó ante la prensa que todo lo que sabe del mundo del arte actual es que 'muchos artistas se han apropiado' de su trabajo a lo largo de los 30 años de carrera profesional dedicada al papel.

Para Testino, si la muestra estuviera en Inglaterra habría más desnudos

A las paredes de los museos subió en 2002, cuando expuso sus retratos en la National Portrait Gallery de Londres. 'La foto de moda ha sido considerada siempre como algo superfluo, pero la moda es algo muy profundo', aseguró Testino.

En las profundidades de esta exposición prima la imagen del éxito: la fama la pone Kate Moss; el desnudo Claudia Schiffer, Daria Werbowy o Natalia Vodianova; el erotismo es de Kate Winslet y quizás Jennifer Aniston; hay hueco hasta para la silicona y el botox de Demi Moore; el glamour, los vestidos que cuelgan de Reese Witherspoon y Nocole Kidman Nombres y apellidos que sin ropa pueden reventar la banca, incluso siendo una crónica profundamente aburrida e inane.

Guillermo Solana comparaba ayer las piezas que se enseñan de Testino con las bambalinas de Degas e insistía que es la fotografía de moda 'el relevo del retrato de sociedad'. Sin embargo, esta ya es la segunda exposición que el Thyssen le dedica a la presencia del erotismo (ceñido a la zarzuela de pezones y culos de mujeres) como apuesta museográfica en un año: si en Lágrimas de Eros se hacía una lectura de la imagen prohibida y trasgresora, en Todo o nada se propone la carne por la carne, el culmen de la evidencia. 'No hay ninguna línea erótica en el Thyssen', aclaraba Solana.

Según reconocía ayer a Público el director, a Testino le hubiera gustado colgar más desnudos, pero el museo rebajó sus intenciones por miedo a repetir otro otoño de calentura. No lo han conseguido. De hecho, en la rueda de prensa, el fotógrafo reconocía que si esta muestra estuviera en Inglaterra tendría más desnudos. El morbo de los retratos de todas estas modelos famosas no está en una mirada de bambalinas de una sesión de moda para una revista, porque poco más hay que el puro reclamo de pin-up. Solana se excusaba asegurando que 'un museo también debía ofrecer variedad'. Pero es más de lo mismo en un año difícil para las cifras, que apunta a la tiranía de las hamburguesas.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?