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Tintín regresa a casa

Spielberg presenta la adaptación del cómic de Hergé en Bruselas

ÁLEX VICENTE

El lugar se llenó ayer de figurantes disfrazados. Una larga hilera de botones ponían cara de circunstancia mientras su superior repartía ridículos gorritos cilíndricos pertenecientes a otra época. 'Qué monos vamos a estar', decía con ironía uno de ellos mientras se lo colocaba con estoicismo. Su lujoso hotel estaba a punto de acoger el estreno mundial de la película inspirada en las aventuras de Tintín. Y por ella, como toda Bruselas, ese botones anónimo estaba dispuesto a hacer lo que hiciera falta, a riesgo de mortificarse. Igual que ese resignado botones, toda la ciudad respondió ayer a la llegada del equipo de la película, con Steven Spielberg, que codirige la película junto a Peter Jackson, a la cabeza.

En los últimos días, Bruselas había quedado empapelada con carteles de la película, mientras los 24 tomos de la saga se amontonaban en las librerías y los autóctonos empezaban a exhibir un orgullo mal disimulado respecto al celebérrimo personaje creado en 1929 por Georges Rémi, alias Hergé. Junto al cine Brouckère, templo del art déco belga que acogió ayer la premier internacional, se ha colocado un enorme mural del reportero con la inscripción 'Born in Brussels'. Aquí nació Tintín. Y aquí vuelve tras su escarceo hollywoodiense, parecía querer decir.

'No encontré estadounidenses que conocieran la saga', dijo Spielberg

'Es un honor estar aquí. Hemos traído Tintín de vuelta a casa', aseguró ayer Spielberg, consciente de lo sensible que era el asunto para los belgas. 'Estrenarla aquí antes que en Estados Unidos es una manera de daros las gracias. Sois vosotros quienes lo descubristeis y lo popularizasteis, quienes lo convertisteis en un fenómeno cultural. Queríamos llevar la película primero a los países donde Tintín es más querido', sostuvo el director, esperando que el estreno despierte interés por la serie de cómics en Estados Unidos, donde Tintín es todavía un gran desconocido.

Si los rumores son ciertos, todo tendría que haber sucedido en París, mucho más acostumbrada a preestrenos de esta envergadura. Pero los belgas protestaron: por rabia que les dé a los franceses, Tintín forma parte del patrimonio de esos vecinos a quienes ridiculizan con sus chistes más chovinistas.

La película se estrenó a mediodía en Bruselas, y por la noche en París

Al final, Bruselas pasó delante -a España llegará el próximo viernes-, aunque fuera sólo por unas horas. Spielberg estrenó la película a mediodía en la capital belga, antes de desplazarse a París, donde el filme recibiría todos los honores durante la noche, con un tren de alta velocidad pensado expresamente para la ocasión, rotulado con los personajes de la saga y con el personal vestido de gabardina y corbata violeta. Fue bautizado ayer por el cineasta y el resto del equipo, con el actor británico Jamie Bell a la cabeza, un crecido Billy Elliot que presta su voz y su gestualidad al protagonista. 'Me he rodeado de británicos porque no pude encontrar estadounidenses que conocieran bien la saga. No quería gente que se hubiera impregnado de Tintín en cuatro días', dijo Spielberg, que también encargó el guión a un trío de guionistas ingleses.

En una concurrida rueda de prensa, el cineasta contó cómo descubrió al reportero de flequillo puntiagudo y edad imprecisa: leyendo las críticas francesas de su primera entrega de la saga Indiana Jones, donde la palabra Tintín aparecía irremediablemente citada. 'Leí el primer tomo y me convertí en un fan inmediatamente', dijo ayer. Spielberg también relató una conversación telefónica con Hergé, a mediados de los ochenta, en el que el dibujante le habría confiado el encargo de llevar los cómics a la gran pantalla. Tres semanas más tarde, falleció.

A Spielberg le ha costado cerca de 30 años convertir su sueño en realidad. 'Sinceramente, creo que esta película le habría gustado. Era un gran fan de En busca del arca perdida. Habría entendido lo que he hecho', añadió. Y lo que ha hecho es sacudir el polvo a la saga, pero manteniéndose fiel al universo de Hergé. 'Nunca se nos pasó por la cabeza actualizarla con ese humor de alcantarilla que se ha hecho popular en los últimos 20 años. Existe una pureza respecto al personaje. Tintín no forma parte de este mundo, sino de otro distinto que espero que subsista en algún lugar y que termine volviendo algún día', dijo el director.

¿Y qué hacer con los que se quejan, como esas personalidades que achacaban el perfil hollywoodiense de la película desde las páginas del diario belga Le Soir, que fue casa de Tintín durante años? 'Que vayan a ver la versión doblada al francés', respondió el director, un poco más serio de lo habitual. La sonrisa -y un entrañable sonrojo- se la devolvió el comentario de un periodista, que destacó su parecido físico con Saccharine, el archienemigo de Haddock a quien presta voz Daniel Craig. 'Gracias por el cumplido. Me parece un tipo bastante atractivo', sonrió el director.

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