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Todd Haynes rastrea en 'Secretos de un escándalo' las huellas de los abusos a menores

Julianne Moore, Natalie Portman y Charles Melton son los protagonistas de esta película, nominada al Oscar al mejor guion original, inspirada en el caso real de una maestra que mantuvo relaciones con un alumno de doce años, con el que luego se casó y formó una familia. 

Julianne Moore y Charles Melton, en una secuencia de la película.
Julianne Moore y Charles Melton, en una secuencia de la película. Diamond Films

El cineasta Todd Haynes, experto buceador en las ambigüedades del ser humano, se lanza de cabeza a explorar el universo de las parejas entre personas con una gran diferencia de edad, en Secretos de un escándalo. De paso, rastrea las huellas del abuso y de las relaciones de dominio y poder y, mucho más, se hace preguntas sobre el proceso de creación y la búsqueda de la verdad en el cine.

Nominada al Oscar a mejor guion original (Samy Burch y Alex Mechanik), la película, que se estrenó en Cannes y está protagonizada por Julianne Moore, Natalie Portman y Charles Melton, está inspirada en el caso real de Mary Kay Letourneau. Ella es una maestra que en la década de los 90 tuvo relaciones sexuales con un alumno de trece años, quedó embarazada, cumplió condena en prisión y luego se casó con el joven, con quien tuvo más hijos.

Ambientada en 2015, la historia arranca cuando una famosa actriz, Elizabeth viaja a la casa de la pareja, Gracie y Joe, para preparar el papel en la película que se va a hacer sobre ellos. Parece que el relato se centrará en el enfrentamiento entre ambas mujeres, pero pronto se desvía hacia el personaje del hombre, obligado con esta intrusión en su vida a cuestionarse todo lo que ha aprendido a aceptar.

El personaje de esta actriz se mete en la vida íntima de estas personas buscando una verdad sobre la que hacer su trabajo de interpretación, pero con todo lo que sucede casi parece que usted quiere decir que un intérprete nunca va a encontrar la verdad.

El cineasta Todd Haynes.
El cineasta Todd Haynes. Jorge Fuembuena / Festival de San Sebastián

Así es. Creo que en el cine nos enfrentamos a los límites de la presunción de que uno puede encontrar la verdad o la realidad de la experiencia de otra persona, cuando es, exactamente eso, otra experiencia, otra visión. En esta historia empezamos confiando en esta actriz, sintiendo que será una narradora de confianza, y al final nos quedamos con muchas preguntas sobre quién es ella, sus límites éticos y el costo de su esfuerzo.

Cuando Elizabeth habla sobre el oficio de actuar y hacer cine, habla de llegar a la verdad, y todos asienten, como si la verdad estuviera disponible para todos y no es así. Lo que sí sucede es que la llegada de esta mujer permite a Gracie y Joe, sobre todo a él, verse a sí mismos de una manera diferente. Desestabiliza su vida.

Este personaje aporta a la película un aire de documental, ¿lo ha hecho para acercarse al género o para sugerir que la verdad es ambigua?

Lo segundo, absolutamente. ¿De quién es la verdad? ¿A quién sirve? ¿Cómo se va a utilizar esa verdad, cómo se va a articular? Al mismo tiempo, lo que pasa en esta historia es el hecho de que alguien ha entrado en ese mundo y ha cambiado las barreras que protegen a esta familia y ahora está mostrando un marco diferente desde el cual mirar la historia. Ella tiene que examinar la historia, los daños colaterales…

Hablando de daños colaterales ¿la película es una especie de reflexión sobre las consecuencias en la vida adulta de los abusos a menores?

Creo que plantea preguntas acerca de ello. Todos entramos en esta historia con una opinión sobre lo que ha pasado, creyendo, sin duda, que está mal y sabiendo que hay leyes que protegen a los menores en esas situaciones. Pero en esta historia esta relación ha sobrevivido la cárcel, ella ha pagado su precio, y luego los dos han seguido juntos durante veinte años, han tenido una familia… eso te provoca preguntas. ¿Por qué hay una forma diferente de mirar a una mujer haciendo esto que asumimos que siempre hacen los hombres?

Cuando una mujer abusa sexualmente de un joven, está en juego la supervivencia de las instituciones de la familia y la crianza de los hijos. No es igual una mujer que un hombre en este asunto de los abusos sexuales. El hecho de que se trate de mujeres en posiciones de abuso sexual te provoca la sensación de no saber cómo sentirte. Quieres estar del lado de las mujeres que quieren nuevas relaciones a sus vidas y eres consciente de que sería muy diferente si se tratara de un hombre.

¿No es muy cínico utilizar el amor como excusa de una relación de dominio y abuso?

Creo que se trata más de sustento y longevidad, y también se trata del simple hecho de criar hijos. Los hijos no pueden elegir los términos de la relación, ellos son solo productos de esa relación y reciben el amor de los padres, el compromiso, pero todo alrededor de la historia. El marco tiene que ver con el hecho de que los hijos están a punto de salir del nido. Todo lo que les ha mantenido juntos día a día está a punto de desaparecer. Y la pareja se va a enfrentar a ello y, sí, creo que eso deja preguntas sobre su futuro.

Natalie Portman y Julianne Moore.
Natalie Portman y Julianne Moore. Diamond Films

Gracie y Joe, los personajes, no se enfrentan a su situación, ¿es un problema general, no nos enfrentamos a las cosas en esta sociedad?

Cuando leí este guion, sentí que la película era en última instancia una historia de algo que todos compartimos, no nos sentimos inclinados a mirarnos a nosotros mismos, a cuestionar las elecciones que hacemos. Y, por supuesto, cuando te comprometes con alguien en una relación, no puedes cuestionarlo todos los días. Hay que dejar de cuestionarlo, tienes que aguantar un poco. Pero hay veces en las que tenemos que enfrentarnos a nuestra propia insatisfacción, a la falta de felicidad. Y tendemos a posponer las decisiones que tenemos que tomar. Esa insistencia en no examinarse a uno mismo, a las propias elecciones y posponerlas son cuestiones que debemos afrontar, pero es algo muy humano y lo hacemos todos.

Se dice en la película que las buenas historias son las que son moralmente complejas, de hecho, son las que usted siempre persigue, ¿por qué?

Absolutamente, porque te estás cuestionando a ti mismo y quieres que tu público también se cuestione a sí mismo. El cine y el arte, la literatura… pueden hacernos mirar nuestras propias vidas y las elecciones que debemos tomar. La mayoría de las veces, creo que me interesa contar historias que animen a la gente a enviar preguntas a la sociedad.

Las situaciones, las estructuras sociales, los sistemas sociales no dan a la gente la libertad de actuar según sus deseos. Me gusta examinar esas cosas. Porque la situación hoy provoca que pensemos que todos los individuos tienen la misma capacidad y la misma fuerza para hacer cambios en sus vidas y eso no es cierto. También creo que esta historia es inquietante para la cultura política de identidad actual, que solo quiere saber quién es bueno y quién es malo. En esta película hay ambigüedad moral.

En su opinión, más allá de lo que dictan las leyes, ¿dónde está el abuso? ¿a qué edad se abusa de una persona? ¿dónde están los límites?

Estas son líneas muy sutiles y no son iguales para todas las personas. Además, miramos esas relaciones de forma muy distinta si es una mujer joven o un hombre joven, o si son mayores...

Julianne Moore trabajaba sobre la idea de que esta mujer no era una pedófila, ella defiende que tenía un síndrome de princesa, la necesidad de ser rescatada por un hombre joven y viril. Y creo que eso funciona, es lo que permitió a los dos negar la diferencia de edad.

Hablando de diferencias, ¿es más difícil conseguir financiación para una película cuando las protagonistas son dos actrices en lugar de dos actores?

Sí, así es. Hicimos esta película con muy poco dinero. Rodamos en 23 días, probablemente el tiempo más corto que he tenido para hacer una película.

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