Este artículo se publicó hace 13 años.
Torrente Ballester, entre la tecnología y la censura
Una muestra en la Biblioteca Nacional recorre su obra literaria y sus aficiones
"La biografía de todo artista verdadero puede resumirse en su relación con el límite, porque se acomoda a él, porque lucha contra él". Este aforismo de Gonzalo Torrente Ballester (1910-1999) preside la exposición Los mundos de Torrente Ballester que ayer se inauguró en la Biblioteca Nacional de Madrid. Resume, además, las inquietudes literarias de un escritor del que ayer se cumplieron 12 años de su fallecimiento y que el pasado 2010 se hubiera convertido en centenario.
El autor de títulos como la novela experimental La saga/fuga de JB (1972) fue un escritor inusual. Infectado desde los 17 años por el virus de la literatura "contra el que no caben defensas", según él mismo escribió, siempre estuvo al borde de la frontera entre las diferentes artes. Así lo denota esta muestra que ahonda en su pasión literaria, además de en las incursiones del escritor en disciplinas como la fotografía, el cine, el periodismo y la música.
La exposición exhibe sus cámaras fotográficas, los magnetófonos en los que grababa sus reflexiones para depositarlas después en sus novelas y hasta 25 imágenes de paisajes y ciudades realizadas por el escritor. En ellas, como señala Manuel Fernández-Cid, comisario de la muestra junto a Carmen Becerra, se descubre una mirada "muy contemporánea y muy detallista. No hay visiones frontales". Este entusiasmo por las tecnologías de la época revela también a un hombre apasionado por todo lo novedoso. De hecho, uno de sus hijos, Álvaro Torrente Sánchez, aseguró ayer que "fue el primer académico en tener una dirección de email en la Academia. Y fue en 1993".
"Mi padre solía incluir párrafos llamativos para que los censores no vieran otras cosas"Entre las 200 piezas que ofrece la muestra, las cuales proceden de la fundación del escritor, también hay manuscritos y textos mecanografiados que el autor de Los gozos y las sombras solía corregir con bolígrafos de varios colores. Entre los textos destacan algunos artículos periodísticos Torrente Ballester comenzó a escribir a los 17 años en el diario El Carbayón, de Oviedo, y en un periódico anarquista y versiones teatrales como la que hizo para La Celestina.
A vueltas con los censoresEste recorrido por los intereses y la obra del escritor gallego no obvia su relación con la censura. "En este país donde el mérito mayor es escribir con los riñones, quien lo haga con la cabeza está perdido", escribió en una ocasión. La muestra revela el expediente 7227-72 sobre La saga/fuga de JB en el que el censor señaló que tanto la denegación como la aprobación del libro "sería demasiado honor para tanto cretinismo e insensatez. Se propone silencio administrativo". Al final fue publicada, pero con recortes. Lo mismo ocurrió con Off-side. Torrente tuvo que enviar una carta al por entonces ministro de Información, Manuel Fraga, para evitar algunas de las objeciones que la censura había puesto a esta novela.
"Mi padre solía incluir párrafos llamativos para que los censores agarraran por ahí y no vieran otras cosas. De hecho, no se dieron cuenta de que El golpe de estado de Guadalupe Limón era una metáfora de la falsa mitificación que Franco había hecho de José Antonio", contó Álvaro Torrente.
Con esta muestra, que recorrerá este año y el próximo diversas ciudades, se conmemora los cien años del escritor. Sin embargo, ayer su hijo Álvaro destacó que su padre aún estaba muy olvidado. "El impacto de su centenario apenas se ha notado. Nadie habla de él." Hasta ahora.
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