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U2 vuelve a la escena del crimen

Los irlandeses publicarán en diciembre el documental 'From the Sky Down', la historia del hundimiento y reinvención que vivió el grupo durante la creación de su obra cumbre, 'Achtung Baby'

KIKO AMAT

U2 son el grupo más grande del planeta. Sobre ese punto no parece haber discusión. Sin embargo, no son más grandes que los Beatles, y si sometiésemos su nombre a la prueba del suegrómetro (preguntarle a varios suegros si les conocen, vamos) puede aventurarse que los resultados serían decepcionantes. Paradójicamente, lo más probable es que al aplicar esa ficticia prueba todos los encuestados afirmaran conocer a Bono, una afirmación que, sin embargo, carece de valor en el contexto del rock and roll. Todo el mundo sabe quién es Bono Vox. A Bono se le conoce como cara familiar que uno asocia a mandatarios importantes, como en aquel chiste del caballero que aparece en el balcón del Vaticano con el papa, y los fieles en la plaza se preguntan: '¿Quién es el tío del birrete que está junto a Pepe?'.

Este año se conmemora la aparición del álbum redentor por antonomasia de U2, Achtung baby (1991), el disco que impidió que U2 se quedaran en 'Band of the 80''(como dijo Rolling Stone en 1985) y trascendieran a una nueva época. Para celebrar su 20 aniversario, el director David Guggenheim director de Una verdad incómoda (2008), documental que le valió el Oscar ha realizado el filme From the Sky Down (2011), una vehemente mirada al risorgimento del grupo que se pondrá a la venta a mediados de diciembre.

El grupo regresa al estudio de Berlín donde se gestó 'Achtung Baby'

Las herramientas que utiliza para ello son quintales de metraje inédito (extras del Rattle & Hum, esencialmente), entrevistas con los miembros del grupo grabadas a inicios de 2011 y un 'regreso a la escena del crimen': U2 vuelve al estudio Hamsa de Berlín donde Achtung Baby empezó a gestarse, y en dicho escenario razonan sobre el proceso de creación, además de tocar algunos cortes del LP.

La epopeya que mana de este From the Sky Down es interesante desde todos los puntos de vista: humano, social, político y musical. La historia es bien conocida por sus fans: U2 llegan a un punto de estancamiento total tras el pantagruélico Rattle & Hum (1988), y deciden reinventarse para sobrevivir. O 'volverse a soñar', como afirmó con su grandilocuencia habitual Bono Vox. Esa reinvención se afianzó sobre tres estrategias clave: decapitar todos sus vínculos con la circunspecta americana de Rattle & Hum (o, como afirma Vox: '¡Cortemos el puto Joshua Tree!'), aprender a tomarse a sí mismos menos en serio y realizar un acercamiento a la música de baile caucásica, para de este modo reencontrar una nueva 'identidad espiritual'. Deshacer el viejo gólem y fabricar uno bien flamante con otro tipo de materiales; más duraderos, tal vez.

From the Sky Down se adentra en la madriguera hasta el final, sin ahorrar escenas incómodas o momentos tristes (es el primer proyecto de U2 que no está supervisado al milímetro por la banda; David Guggenheim gozó de control total, según cuentan). Eso no quita que el filme no sea un panegírico hincha-egos de primer orden; lo es, sin duda, como suelen ser todos los productos de su catadura.

Es interesante desde todos los puntos de vista: humano, social, político...

La novedad reside en que, deliberada o inadvertidamente, permite que se filtren perfiles de los individuos que forman la banda (y también de su ego colectivo, el ente cuadrofénico conocido como U2) a los que no estamos acostumbrados. Por decir un ejemplo chocante: sabíamos que Bono era un tipo articulado capaz de dejar caer heptasílabas sin que le diera un calambre bucal, pero no es tan común pillarle bromeando. Y no obstante, en el filme, lo hace continuamente. Incluso cuenta chistes de penes.

La línea argumental de From the Sky Down es cristalina, y contribuyen a ello las certeras apreciaciones de los músicos. Escena a escena, pasamos de su juventud en Dublín ('el rock and roll fue mi emancipación', comenta Bono), a su encuentro decisivo con el que sería su productor fundamental, Brian Eno ('Eno fue nuestra escuela de arte'), y recalamos largo rato en el encuentro de U2 con EEUU. De aquella fatídica alianza saldría su encarnación stadium rock ejemplificada en The Joshua Tree (1987), las poses monocromáticas para Anton Corjbin, la seriedad calvinista de su nuevo disfraz. Vox examina el 'lugar peligroso' donde 'tu imagen pública es tan diferente de tu imagen privada'.

El descalabro lógico de dicha etapa llegaría con el pomposo Rattle & Hum, donde U2 le explicaba a Norteamérica que había una cosa llamada blues (los músicos defienden que buscaban lo contrario, ser percibidos como fans neófitos, pero no resultan muy convincentes). Los titulares de From the Sky Down brotan, inevitablemente, de este punto temporal. Vox afirma cándido que su mujer le dijo: 'Te has vuelto muy serio. Antes no eras así'. Su retorno a Dublín después del Lovetown Tour despierta hoy comentarios ácidos de Vox: 'Recuerdo haber visto a The Clash en Dublín, de joven; y de golpe, nos habíamos convertido al enemigo'.

La cinta filtra perfiles de la banda a los que no estamos acostumbrados

La salvación a este extravío llegaría, así, por la música electrónica e industrial ('Buscamos un camino al dance que no fuese un cliché'), por su viaje a Berlín y la huida de la tradición rockera. From the Sky Down muestra cómo este cambio de dirección no daría fruto alguno durante días, hasta que una mañana nació One, la canción que todos señalan como su amanecer dorado.

Y de allí, al 'nuevo sonido' de Achtung Baby. Es en este punto del documental donde se concentran las declaraciones más Spinal Tap e inconscientemente humorísticas de Bono Vox, cuando afirma que decidió 'reinventarse como estrella del rock' (tal vez insinuando que antes era tan sólo un humilde pelagatos) y que el exceso escenográfico del Zoo TV Tour fue 'su recompensa a diez años de comedimiento' (las cursivas son editoriales).

Pero al margen de dichas declaraciones, y de la calidad atemporal que uno decida concederle al álbum Achtung baby, la película es un documento esencial para comprender mejor a un dinosaurio musical que ha sobrevivido precisamente por el inusual tamaño de su cerebro (bastante mayor que el del grupo rock medio), su adaptabilidad a nuevos entornos, la lealtad indisoluble entre sus miembros y la solidez comunitaria, casi sectaria, de su identidad colectiva.

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