La responsable del Programa de Prehistoria de la Unesco, Nuria Sanz, declaró ayer que el organismo escuchará en primer lugar a la comunidad científica en caso de que se pretenda reabrir la Cueva de Altamira. 'Creemos que la accesibilidad no sólo puede ser física. Si estamos pensando en las generaciones futuras y la comunidad científica estima que hay algún riesgo, es a esa comunidad a la que el Comité de Patrimonio Mundial primero escucha', apuntó Sanz en Altamira, donde asistió a la inauguración de un foro sobre patrimonio.

Por su parte, la subdirectora general de Protección del Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura, Ángeles Astrué, recalcó que en casos como el de Altamira 'hay que depositar toda la confianza en los científicos, que son los que pueden decir lo que necesita la conservación de un patrimonio tan frágil'.

La Cueva de Altamira lleva nueve años cerrada debido al proceso de deterioro que sufrían sus famosas pinturas a causa de las visitas. En 2010, una campaña orquestada por el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, presionó al Ministerio de Cultura y al CSIC para forzar la reapertura de la cueva, pese a que un informe de la institución científica aconsejaba seguir con el cierre y advertía de los peligros de la entrada de visitantes.

Finalmente, el Patronato de Altamira tumbó las expectativas del Gobierno cántabro y decidió mantener la clausura el pasado mes de diciembre. El CSIC fue apartado de las investigaciones que había llevado a cabo durante más de una década y se decidió la designación de un comité de expertos internacional para estudiar la reapertura de la cueva.

La responsable de la Unesco declaró ayer que es 'respetuosa' con la gestión que está realizando el Gobierno de España en un yacimiento 'enormemente complejo de conservar'.