Este artículo se publicó hace 17 años.
Viaje a la Fe
El paso de Maradona por Nápoles ha dejado un imaginario que ya pertenece al folclore de la ciudad
Por mucho que el Vaticano haya estrenado líneas aéreas parece que Lourdes y Fátima no son los únicos lugares de peregrinación para viajeros de la Fe. La pregunta es: ¿existe un lugar donde los objetos de culto del catolicismo no tengan como protagonista a un Dios? Afirmativo. Y lo que es más difícil, sus atrios rinden culto a un semejante que todavía pertenece al reino de los vivos. Ver para creer.
Esta vuelta aparente a los fundamentos del Humanismo tiene como protagonista a Diego Armando Maradona. La imagen del futbolista puebla relicarios y pequeños altares del centro urbano de Nápoles. Decorados en azul (el color del equipo), contienen velas y vírgenes que los vecinos se encargan de mantener.
Mario Giaquinto es un ingeniero treinteañero que creció en plena euforia maradoniana y creó un sitio web dedicado a su ídolo: www.vivadiego.com. Su portal incluye poemas al 10 y fotografías de su estancia en el Mezzogiorno italiano. En su opinión, “la ruta maradoniana en Nápoles no debiera olvidar ciertos rincones”.
Los fans del astro blanquiceleste no perdonan la visita de rigor al estadio del San Paolo, donde a finales de los 80 se agolpaban más de 60.000 seguidores cada fin de semana. Los goles de Maradona penetraron en el folclore popular y prueba de ello son las retahílas futbolísticas que conoce todo napolitano, como la popular Omamma, Maradona è meglio ‘e Pelé, Vulimm o gol ‘e Maradó y Nuje tenimm’ a Maradona.
Su influencia en la ciudad ha dejado a toda una generación de jóvenes que se llaman Diego Armando por gracia y obra de sus progenitores, devotos del argentino hasta la médula. No en vano, su legado en Nápoles se tradujo en cinco trofeos nacionales.
Seguramente el punto maradoniano por excelencia es Piazzetta Nilo, donde se exhibe “sagrado pelo milagroso” del futbolista junto a una foto suya con el escudo de Italia. Está muy cerca de la Piazza del Gesú, inmortalizada por De Sica en Matrimonio a la italiana.
El barrio de Posillipo con sus calles empinadas y vistas al mar es otro destino para los hinchas. Allí vivió Maradona durante su etapa italiana y allí residían otros compañeros de equipo. Para visitarlo es imprescindible desplazarse en coche, lo cual puede ser todo un reto para cualquier conductor novel.
Quartieri Spagnoli da cuenta del fervor popular hacia Maradona con callejones y murales dedicados al astro argentino, mientras San Gennaro (patrón de la ciudad) se adjudica su paternidad con dibujos en el que acuna al 10 en sus brazos con una inscripción que reza: “Es mi hijo”.
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