Lo viejo y lo nuevo de sus obsesiones

El silencio de Lorna  

Director: Jean-Pierre y Luc Dardenne
Género: Drama
Reparto: Arta Dobroshi, Jérémie Reniemoerume

Aunque nos llega con dos años de retraso, el último filme de los Dardenne se presenta con especial fuerza en estos tiempos de crisis tan propicios para los maximalismos.

La protagonista es una inmigrante albanesa que se amolda al personaje tipo del cine de los belgas: su vida se mueve por puro instinto de supervivencia hasta que un dilema ético la obliga a plantearse el conflicto entre dignidad individual y ascensión social. Sin alterar esta columna vertebral de su filmografía, los directores ensayan aquí una serie de variables. La protagonista se ve en parte aligerada del fardo de esa cámara que se clavaba en las nucas de los protagonistas de ‘Rosetta' o ‘El hijo' y su cuerpo goza de una libertad significativa en el desarrollo dramático.

Los Dardenne ofrecen una película mucho más construida como relato. En su segunda mitad, se aproxima al ‘thriller' urbano con trasfondo social, funciona con unos secundarios que actúan como villanos casi arquetípicos y su (decepcionante) desenlace también supone una ruptura con sus planteamientos habituales. Estos cambios podrían responder a un intento de aproximarse a un público más amplio, pero convierten al filme en el primer título reprochable de unos cineastas que hasta ahora sólo habían firmado obras redondas.

Eso sí, al contrario de muchos filmes con temáticas similares, ‘El silencio de Lorna' sigue demostrando que denuncia social y complejidad moral son dos conceptos que pueden, y deben, funcionar unidos.