Kaká ya es futbolista del Real Madrid. Pero todavía no se puede contar. No oficialmente. Silvio Berlusconi, presidente del Milan además de primer ministro italiano, sospecha que la repercusión de la noticia, ante la indignación de los tifosi, puede afectar negativamente a los intereses de su partido en las elecciones europeas. Y por eso ha forzado al club blanco a no hacer oficial el fichaje del jugador brasileño, ídolo del Milan, hasta el próximo lunes. Florentino Pérez ha accedido a la petición y Berlusconi se limita a decir que no se puede retener a quien se quiere marchar.

Pese al compromiso de silencio, la noticia corrió por las redacciones en cuanto se produjo. Florentino Pérez ya tiene nuevo galáctico. En realidad, lo tenía guardado desde hace tiempo. Pero el acuerdo entró en peligro en las últimas horas cuando Ancelotti, técnico despechado, trató de torpedear la operación tentando al jugador para llevárselo al Chelsea. Y Abramovich es un competidor duro en asuntos de dinero.

Para zanjar la cuestión, Florentino convocó en Madrid a todas las partes. Procedentes de Italia, aterrizaron en la base aérea de Torrejón de Ardoz a primera hora de la tarde Adriano Galliani, vicepresidente del Milan, y Ribeiro Leite, el padre del jugador. La reunión tuvo lugar en la sede de ACS, la empresa que también preside Pérez. La intromisión del Chelsea encareció un producto que el Madrid confiaba en obtener a mejor precio. Finalmente, el club que preside de nuevo Florentino tendrá que abonar por el fichaje 65 millones al Milan. Kaká, de 27 años, que cederá al Madrid el 50% de sus derechos de imagen, cobrará nueve millones netos por cada una de las cinco temporadas comprometidas.

El fichaje se convierte en el segundo más caro de la historia, por detrás del de Zidane (73,5 millones) también por el Madrid. Con la llegada de Kaká, que se hará oficial la próxima semana, Florentino Pérez cumple la primera promesa de Ramón Calderón. Toda una paradoja. Fue la baza electoral de Calderón, pero se verá cumplida tres años después y con Ramón ya fuera del club.

Curiosamente, mientras Pérez cerraba oficiosamente su primera promesa, Calderón acudía en calidad de imputado ante un juez por segunda vez en diez días. En la mañana del martes, tenía cita en el juzgado 25 en relación con la trama del voto por correo en las elecciones de 2006. Calderón fue interrogado durante dos horas como imputado por la supuesta comisión del delito de falsificación de documentos privados.

Calderón se había personado inicialmente en el caso como acusación particular. El juez titular, Valentín Sanz, lo dejó sin efecto. Acusó y acaba imputado. Prometió a Kaká y el que lo ficha es Florentino. Lo dicho, paradojas.