Público
Público

Al Madrid le sobran goles y le falta fútbol

Amparado sólo por el talento individual de algunos jugadores, el equipo blanco gana al Valladolid y mantiene el pulso con el Barça

LADISLAO J. MOÑINO

Tal y como resuelve el Madrid los partidos y su persecución al Barça, habrá que referirse a él en términos de pragmatismo religioso. No juega a nada, pero gana, luego cree en el milagro de la remontada. No tiene fútbol, pero lo finaliza a bofetadas de realidad; goles. Llevado a una expresión realista, el fútbol es gol. Es decir, Raúl. Esa definición ignora el cómo: si hay juego elaborado, largo, corto o de contragolpe. En esa proposición tan reduccionista, el juego se resume en lo que dice el marcador. Y en esos parámetros, Raúl es el rey. Apenas había tocado un balón, no pesaba en el partido y estaba en uno de esos días en los que sus críticos le anuncian y le obligan a la retirada. Había olisqueado un par de balones similares al que cazó, y se había trastabillado en un par de regates. Pero pocos delanteros descifran con esa exactitud lances como el que originó el primer gol.

Higuaín clavó a Marcos y a Escudero en el costado derecho y sacó un centro chut raso y potente. Todas las ventajas eran para los centrales del Valladolid, que tapaban la línea de pase y para Asenjo, que podía jugar con la posibilidad de atajar el centro. Sin embargo, el que hizo contacto con el balón fue el interior del pie izquierdo de Raúl, letal en esas décimas de segundo que para la mayoría son un trámite previo a la acción cuando él ya la está ejecutando.

Ese gol evitó que el camino hacia la bocana del vestuario en el intermedio lo sonorizaran los pitos del personal. Hasta la ejecución de Raúl el partido fue del Valladolid. Pedro León rompió varias veces por su costado, anunciando un futbolista agudo. Un lanzamiento de falta suyo lo despejó mal Casillas y el rechace lo echó fuera Luis Prieto con toda la portería para él. Al poco, Casillas se giró a tiempo hacia la raya de gol para evitar un despeje de Pepe que se colaba en medio de la confusión. La misma en la que vive el Madrid cuando tiene que atacar elaborando desde atrás. No produce apenas fútbol colectivo. Se limita a los tirones de sus individualidades. Un día es Robben y casi siempre Higuaín. El argentino no es un estilista del engaño, ni un driblador puro para jugar en la banda, pero se vale de su potencia en la arrancada para saltarse a los defensas.

Desde que se lesionó Marcelo y recuperó el puesto, Higuaín juega con un punto de excitación y reivindicativo: nunca comprendió que debiera entrar en el saco de los sacrificados cuando Juande quiso darle simetría en las bandas a su dibujo.

De ese fútbol plomizo, el principal perjudicado es Huntelaar, que es gol o no es nada. Necesita que le alimenten, precisa de un equipo que produzca llegadas masivas al área para desenfundar y rentabilizar al máximo su letal pegada a un toque. Como su equipo no fabricó nada, su estadística de ayer se reduce a la anotación del cambio.

Por Huntelaar entró Guti y en ese cambio afloran conclusiones significativas. Juande ya no le pierde el respeto a Guti olvidándose de sus 14 años en el primer equipo y colocándole a la altura de Parejo o Javi García, ambos ni convocados para la cita de ayer. La ausencia del segundo habla de las querencias del Bernabéu y de lo sibilino que fue Juande en los cambios. Ninguno de los tres que hizo tuvo el corte defensivo que otras veces ofreció al madridismo. Esta vez, pese al peligroso 1-0, no movió el banquillo para mantener su impoluta estadística. Cuatro meses después de su llegada, Juande se ha enterado de lo que tiene que hacer, además de ganar, si quiere continuar.

Así que Guti salió en medio de ese pragmatismo que envuelve los partidos del Madrid y aplicó el suyo propio, que tampoco es para ser pisoteado: la técnica y la visión de juego. Guti midió con precisión un desmarque a Robben y montó un contragolpe letal. Con un simple toque le explicó a su entrenador lo que quiere el madridismo.

2 - Real Madrid: Casillas; Miguel Torres, Pepe, Cannavaro (Gago, m.61), Heinze; Lass, Sneijder (Van der Vaart, m.74), Robben, Higuaín; Raúl y Huntelaar (Guti, m.61).

0 - Valladolid: Asenjo; Pedro López, Luis Prieto, Iñaki Bea, Marcos; Borja (Aguirre, m.82), Álvaro Rubio, Pedro León (Víctor, m.76), Escudero, Cannobio (Ogbeche, m.87) y Goitom.

Goles: 1-0, m.44: Raúl. 2-0, m.82: Robben

Árbitro: Rafael Ramírez Domínguez, del Comité Andaluz. Mostró tarjeta amarilla a Luis Prieto (m.17), a Cannavaro (m.59), Gago (m.65) y Guti (m.87)

Incidencias: encuentro correspondiente a la trigésima jornada de Liga disputado en el estadio Santiago Bernabeu ante unos 70.000 espectadores. Fabio Cannavaro lució un brazalete negro en memoria de las víctimas del terremoto que sacudió una zona de Italia esta semana.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?