Este artículo se publicó hace 13 años.
Algarabía y tensión
La afición del Barça celebra el pase de su equipo, que en el palco se vive con nervios
Aseguró Pep Guardiola en los prolegómenos del partido que donde ayer no llegara el Barça, le llevaría su afición. Y acertó en su pronóstico. Unos y otros formaron anoche el equipo perfecto. En el Camp Nou, a pesar de la lluvia que cayó insistentemente durante la tarde sobre Barcelona, apenas cabía una alma más sólo se vieron butacas vacías en la zona de seguridad.
Requerida por su entrenador, la hinchada (95.071 espectadores, cifra sólo superada el día del 5-0) comenzó a disputar su partido cuando, justo antes de empezar el duelo, entonó el Cant del Barça a capela. Se desplegaron entonces dos grandes pancartas en el lateral de tribuna: una con insultos a Cristiano y a Mourinho y la otra, reivindicando la independencia de Catalunya.
La hinchada culé enloquece tras el gol de Pedrito y con la entrada de Abidal
El público del Camp Nou, históricamente reactivo al juego de su equipo, tomó ayer la iniciativa. Pero cuando más bramó la hinchada fue a demanda de Guardiola, que alzaba los brazos en el momento que el Barcelona más exigía a Casillas. Avanzado la segunda parte, llegó al ovación para Abidal.
Discurría el clásico en un ambiente fantástico, que empañaron luego dos energúmenos: un espontáneo que saltó al césped justo antes de comenzar el segundo tiempo, con la intención de colocarle una barretina a Cristiano, y otro individuo que, desde la grada, lanzó una bengala hacia la zona que ocupaban los pocos seguidores del Madrid (unos 1.500), que ayer acompañaron a su equipo.
Como es habitual en estas ocasiones, centenares de personas se desplazaron hasta la Rambla para celebrar la clasificación. Una decena de aficionados se encaramaron a la fuente de Canaletas mientras seguían llegando nuevos seguidores. Hacia las 11 de la noche se habían concentrado ya un millar de aficionados. Los Mossos d'Esquadra dispusieron un amplio operativo en previsión de incidentes.
Al almuerzo institucional sólo acuden siete directivos por club
Desayuno incómodoLa velada futbolística había empezado en el palco a la luz de las candelas. La caída de una de las fases eléctricas del estadio dejó a oscuras la zona noble del Camp Nou. Rosell y Florentino se reencontraron en el escenario del partido en un clima más romántico, iluminado con velas, del que merece la actual relación entre los dos presidentes. Durante el duelo, compartieron la primera fila con los presidentes Artur Mas y Esperanza Aguirre.
La comida institucional sólo congregó a siete directivos de cada club. Nada que ver con el primer almuerzo de esta serie de encuentros, al que acudieron hasta 17 personas de cada entidad. El encuentro duró apenas hora y media. Florentino y Valdano fueron abucheados e insultados cuando accedían al hotel The Mirror, donde se celebró el ágape.
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