Anfitriones, pero no favoritos

Partido inaugural con uno de los dos anfitriones, Suiza, que no sabe lo que es ganar en una Eurocopa y, consecuentemente, pasar de la primera fase. Una sola duda, en la defensa (Grichting o Muller, con menos posibilidades para el segundo por salir de una larga lesión), quizás su línea más endeble. Joven selección, con pocos nombres que digan algo (si acaso, Senderos o Frei), que, aunque apoyada por su público, va a tener enfrente a una potente y bastante más veterana República Checa, cuya formación titular está totalmente compuesta por jugadores que se ganan la vida fuera de su país; muchos conocidos, justo lo contrario que sus rivales. Ahí están los Cech, Baros, Ujfalusi o el veterano gigantón Koller.

A priori, claro pronóstico para los de fuera. El superveterano (68 años) técnico checo Karel Bruckner sin aparentes problemas para escoger su once inicial, salvo la baja por enfermedad de Pospech (jugará Grygera). Ordenado pero escasamente eficaz juego local y muchas variantes tácticas a desplegar por sus rivales, otra de sus ventajas.