Este artículo se publicó hace 14 años.
El arte de manejar egos y rivalidad
Todo listo para que este viernes comience el Mundial de F1
La Real Academia Española define escudería con cruda precisión: "Conjunto de automóviles de un mismo equipo de carreras". La RAE, en un alarde de abrumadora exactitud, ni siquiera menciona el factor humano porque, en efecto, el coche es lo único que une a cada pareja de pilotos de F1 que corre bajo el mismo escudo. Descontada la igualdad mecánica de los dos bólidos que cada marca proporciona a sus hombres, una de las labores principales de los directores deportivos es buscar el equilibrio interno.
El calibre de los problemas suele ser proporcional al poderío del equipo. Los buenos coches convierten en excelentes a pilotos buenos casi todos los que llegan a F1, que aprovechan cualquier desliz del teórico líder para sumar puntos y reclamar sus opciones a luchar por la gloria. Ferrari, McLaren, Red Bull y Mercedes, el cuarteto de escuderías favoritas en el Mundial 2010 están advertidas sobre posibles guerras internas.
Con un reglamento mucho más conservador que en 2009 y después de que la mayoría de ingenieros de los equipos se hayan inspirado descaradamente en las mejores ideas aerodinámicas del curso pasado sobre todo el doble difusor de Brawn y el morro de Red Bull, el espacio de posibles sorpresas técnicas se ha estrechado de manera considerable. Prohibidos los repostajes, los cerebros de la F1 han pasado el invierno buscando soluciones mágicas que reduzcan tanto el consumo de gasolina como el tiempo necesario para cambiar los neumáticos en carrera. A partir de hoy, día de los primeros entrenamientos libres de la temporada, lo primordial es gestionar los egos que habitan cada box.
La liturgia de la F1 obliga a los responsables de las escuderías a presentar como iguales a sus dos pilotos, pero a nadie se le oculta que Alonso, Hamilton, Vettel y Schumacher parten con ventaja, ganada en la pista, sobre Massa, Button, Webber y Rosberg respectivamente. Estos, por supuesto, no admiten su rol de segundones y, a la mínima, acelerarán para atropellar ese guión previo.
En las escuderías llamadas a mendigar algunos puntos Sauber, Renault, Williams, Force India y Toro Rosso el objetivo es trabajar en la medida de sus apretadas posibilidades económicas para lograr que en algún momento el vehículo sea capaz de dar un salto y aproximarse los de arriba. Mientras, los nuevos Lotus, Hispania Virgin sólo aspiran a cruzar la meta en el mayor número de carreras.
Los pilotos modestos buscarán sacar la cabeza con actuaciones destacadas que llamen la atención de los grandes. Los consagrados, vigilarán su espalda. Ya lo dijo Nigell Mansell, campeón del mundo en 1992: "La F1 es el único deporte donde tu compañero es también tu rival".
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