Eliminado ya de la Liga Europa y descartado para el campeonato liguero, la Copa es la única baza que le queda al Atlético para tratar de ganar un título esta temporada. Y no lo tendrá fácil porque el Espanyol le espera en Cornellà con un solitario gol a favor, el último gran servicio de Simao antes de marcharse a Turquía. El estadio blanquiazul ha resultado infranqueable para todos los equipos que han pasado por allí esta temporada, salvo el Barcelona.

En apenas seis meses, el Atlético parece haberse bajado de la nube en la que se instaló con la conquista de la Liga Europa, la Supercopa continental y la final de Copa perdida ante el Sevilla. 'Somos superconscientes que lo del año pasado se tardará 40 años en repetir', asumió ayer Quique, que pareció querer dar un baño de realidad al club y a sus aficionados. El lado del cuadro por el que transita el Atlético en esta Copa tampoco le infunde optimismo al técnico rojiblanco: 'Estamos en el lado difícil. El año pasado no, y éramos optimistas, pero este requiere un sobreesfuerzo porque si pasamos vendará el Madrid y luego el Villarreal, el Valencia o el Sevilla'. Con todo, Quique apeló al recuerdo de la campaña pasada: 'Deberíamos tener memoria para afrontar este tipo de partidos'.

Quique habló del Espanyol como un rival muy complicado: 'Es muy vertical y crea muchas situaciones de gol en su estadio. Será una eliminatoria dura'. Por último, el técnico se refirió a la entrada del Kun en la terna de capitanes, adelantando así a Perea, al que le correspondía ese estatus: 'El Kun está entusiasmado'.