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"El balonmano me ha dado sensaciones preciosas"

Ex portero del Barcelona. Retirado con 40 años, el club homenajea hoy en el Palau al capitán del ‘dream team' y mejor meta del mundo en 2001 y 2002

 

NOELIA ROMÁN

Como dijo Pep Guardiola, David Barrufet (Barcelona, 1970) es uno de esos mitos azulgrana -él, siempre humilde, declina el calificativo- que, con la friolera de 71 títulos y un comportamiento ejemplar durante 22 años, ha universalizado al Barça. El club, que lo ha recolocado como abogado, se lo agradece retirando la camiseta con el número 16.

'Otro dream team' es inviable; no hay ningún equipo como aquel'

A unas horas de su gran fiesta, ¿siente más emoción, curiosidad o nerviosismo?

Más que nada, curiosidad. Emoción, hasta que no llegue el momento, no. Pero tengo ganas de que llegue, eso sí.

¿Cómo se lo imagina?

'No le podía fallar a mi hermano y creo que lo he hecho bastante bien2

Es mejor que sea sorpresa; si te creas expectativas, igual te puedes quedar con un punto de desilusión. Será perfecto.

¿Teme emocionarse demasiado?

No. Si me emociono, no tengo por qué esconderme. Y, si lloro mucho, sacaré los kleenex.

'El balonmano debe replantearse; el dinero negro le ha hecho mucho daño'

¿Desea que pase ya para sellar una etapa?

Tengo ganas de que pase para vivirlo, pero no para cerrar una etapa.

En su despedida, hizo 19 paradas e incluso marcó un gol en un Palau vestido de amarillo. El homenaje va a tener difícil superar eso.

Y el gol no estaba preparado, ¡eh!. Sí, fue impresionante. La gente hizo aquello por sí misma y fue muy bonito. Yo salí y pensé: 'Hoy no paro ninguna'. Pero salió todo muy bien. Estas muestras de cariño de la gente son las que indican que tu carrera ha sido un éxito.

En 22 años, ¿tuvo algún momento de decir: 'Lo dejo'?

No. Los malos momentos me sirvieron más bien para demostrar que podía estar aquí. Procuraba que durasen poco. Lesiones he tenido pocas, pero, cuando las superaba, salía con más fuerza para demostrar que lo echaba de menos y que podía seguir jugando.

¿Ni siquiera tras la muerte de su hermano?

Al revés: me propuse que, a partir de entonces, todo lo haría por él y lo tenía que hacer incluso mejor. Tenía la ilusión de dedicarle mi carrera deportiva. No le podía fallar y tenía que ir cada día a entrenarme fuerte y a hacerlo mejor. Creo que lo he hecho bastante bien.

¿Su título más emotivo?

La Supercopa de Europa que ganamos en el Palau en 1998; fue justo después de la muerte de mi hermano, con toda la familia aquí. Y también el reconocimiento de la gente del Palau en mi despedida.

¿El más inesperado?

El Mundial de 2005. En otros torneos, decíamos: 'Vamos a ganar'. Pero en aquel dijimos: 'Vamos a pasar el rato, a disfrutar', y acabamos ganando. Quizá esa es la clave. Tuvimos un punto de suerte y luego todo salió rodado.

¿El Mundial es el título que le ha llenado más ?

A nivel de selección, es el más importante. De niño ves a los futbolistas que ganan el Mundial y piensas: 'Debe de ser una pasada'. Es lo máximo a lo que puedes aspirar junto a unos Juegos. Es brutal. Con mi club, las siete Copas de Europa, claro.

Además, fueron pioneros.

Sí, el waterpolo ya había ganado, pero nosotros lo hicimos antes que el baloncesto y el fútbol, aunque ellos han sabido aprovecharlo mejor que nosotros: a los diez días, ya nadie se acordaba.

Con el dream team' de Valero vivió la época dorada del balonmano. Luego llegó el Mundial y después empezó el declive. ¿A qué lo atribuye?

A que perdimos cuota de pantalla en favor de fútbol sala. La tele es muy importante y más para un deporte minoritario. La gente consume lo que ve y por eso, mientras el balonmano caía, el fútbol sala crecía. Tampoco supimos rentabilizar el Mundial; la federación no lo hizo bien.

La Asobal también ha perdido potencial.

Sí, pero quizá deberíamos perder un poco más para crecer de nuevo. Hay que aprovechar esta crisis para poner este deporte donde debe estar. No podemos gastar como se gastaba. Hay que replantearlo todo: sueldos, presupuestos, competición; no tiene sentido que haya gente que no cobra. Hay que hacer un esfuerzo para que desaparezca el dinero negro, que nos ha hecho mucho daño.

Una racha como la del dream team' ahora sería impensable, ¿no?

La cosa ha cambiado mucho, la competitividad es mucho más grande y tampoco hay ningún equipo como aquel nuestro. No veo viable repetir una hegemonía tan grande tantos años seguidos.

¿Valero es el entrenador que más le ha enseñado?

Sin duda. Él fue quien me trajo al Barça y quien confió en mí. Lo conozco desde que tenía ocho años: era mi profe de gimnasia en el cole.

¿El compañero que más le ha marcado?

Lorenzo Rico. Él me puso a su rebufo y me hizo su protegido. Al mes de estar aquí, me dijo: 'Tú serás mi sucesor'. Y yo le contesté: 'Mira, no me vaciles'. No me lo podía creer y él siempre me lo recuerda.

¿Lo mejor que le ha dado el balonmano?

Los amigos y muchas sensaciones preciosas.

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