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El Barça se agarra a Villa y a Messi

El conjunto azulgrana saca un resultado estupendo de un partido que no acierta a cerrar hasta el final

RUT VILAR

El Barcelona sacó ayer un resultado estupendo de un partido en el que mostró trabajo y oficio y en el que apenas dejó rastro de su fútbol rutilante. Utilizó Guardiola la visita de Osasuna, que anoche plantó cara al líder y a punto estuvo de ponerlo en un apuro, para gestionar a una plantilla mermada físicamente tras disputar la final de Copa hasta la prórroga.

Tras once jornadas de sequía, Villa volvió a marcar. Abrió el marcador el asturiano y lo cerró Messi. Aunque quienes mejor estuvieron ayer en el Camp Nou fueron la hinchada azulgrana, que respondió al tropiezo de su equipo frente al Madrid con infinitas muestras de aliento, y Mascherano, una garantía ahora en la zaga.

Guardiola alinea un once plagado de suplentes pensando en el Madrid

Advirtió Guardiola en la víspera del encuentro que el duelo de Mestalla había desgastado en demasía a sus jugadores. Por eso, y porque el miércoles espera de nuevo el equipo de Mourinho, ayer el técnico dejó a Xavi, Iniesta, Messi y Pedrito en el banquillo. Y mandó a la grada a Piqué y Puyol. Sólo Alves, Mascherano, Villa y Busquets repetían anoche respecto al once que fue titular en Valencia.

Osasuna presionó al líder como suelen los equipos de Mendilíbar. Y, sin la mayoría de sus estrellas sobre el césped, al Barça le faltó desequilibrio ni Jeffren consiguió zafarse del marcaje de Nelson ni Afellay del de Monreal y pegada. Así las cosas, ayer, los muchachos de Guardiola parecían más cómodos en la recuperación que en la creación.

De inicio, atascados en la combinación, intentaron batir a Ricardo a balón parado. Donde la anarquía de Alves provocó el enfado de su entrenador, que, en un momento dado, indicó a Villa que sirviera una falta desde la frontal, que el brasileño decidió lanzar por su cuenta y riesgo: estrelló el balón en la barrera.

Valdés evita por dos ocasiones el empate de Osasuna antes del descanso

De hecho, por parte azulgrana, en la primera parte, lo único destacable fue el gol de Villa. Abrió el balón Afellay a la banda derecha donde Jeffren, a la carrera, sacó petróleo de un control defectuoso. El extremo corrigió veloz y le mandó un fantástico centro al Guaje, que el asturiano, incorporándose al área por el segundo palo, remató a la red de la portería de Ricardo. El gol reportó oxígeno y tranquilidad al equipo catalán, pero no mejoró su juego.

No chutó más el Barça en el primer tiempo. Y en cambio, Osasuna exigió en tres ocasiones al meta azulgrana.

Si Guardiola pretendía examinar ayer a Maxwell para el Bernabéu, es probable que el brasileño no superara el control. El lateral pareció presionado por la situación y cabe la posibilidad que el técnico pruebe con Puyol en la izquierda frente al Madrid.

Precisamente, en el 45, tuvo que enmendar Valdés un error del propio Maxwell, que se dejó el balón en el área. Pero primero ante Damià y luego frente a Vadocz, el portero barcelonista estuvo inmenso.

Jeffren se quedó en la caseta y, en su lugar, entró al campo Iniesta. No tardó el técnico en incorporar también a Messi, que, por momentos, aceleró las revoluciones de su equipo. Aún así, el Barça mantenía el partido abierto, sin control, peligroso. En ataque, no volvió a armar un disparo entre los tres palos hasta el 30 de la segunda parte.

Castigado muscularmente por la inactividad, Milito se marchó al banquillo y el Barcelona terminó el duelo con Busquets y Mascherano en el eje de la zaga. Mendilíbar, por su parte, hizo debutar al joven Timor en el Camp Nou.

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